VIVENCIAS
Costumbres que se pierden
Un grupo de amigos que conocí y conozco por más de 20 años se reunían a jugar al dominó. Este grupo se dispersó cuando empezaron a morir algunos de sus componentes y otros a ponerse viejos. Tenían por costumbre reunirse cada semana en una de las casas de los miembros, de ese venerable club como le llamaban. De ahí que por el tanto tiempo juntos ya se conocían todas sus costumbres, “mañas” y debilidades. Una de estas en particular llamaba la atención de los invitados ocasionales al grupo y era que cuando alguno de ellos se levantaba de la mesa donde jugaban para ir al baño, cuando regresaba, como un ritual, tenía que colocar ambas manos en la nariz de cada uno de los miembros del grupo para que el sentido del olfato fuera testigo fiel de que se las había lavado con jabón. De inmediato al unísono venía la consabida expresión: “Hay costumbres que se están perdiendo”. Esto viene a cuento porque en nuestra sociedad hay costumbres que se están perdiendo. Me refiero a dos en particular. Una de ellas tiene que ver con una regla elemental de educación: cuando se llega a un lugar determinado donde hay “gentes” se deben dar los buenos días, las buenas tardes o las buenas noches según la hora de que se trate. Lo extraño es que muchas veces se llega a los sitios se cumple con esta regla de cortesía y ni caso le prestan al educado. La otra tiene que ver cuando se va a saludar una persona de más edad; lo correcto es levantarse y saludarlo como se debe, con el debido respeto. Como la vida debe ser una constante educación me permito escribir estas cosas, no sin antes decir que nunca habrá buenos resultados en la educación hasta que los padres no comprendan que ésta se prepara en la familia y no en la escuela.