Ausencia de valores

Darle un buen sentido a las palabras y a tu vida van muy ligados a la moral y a la sinceridad, porque es muy importante poder expresar tus sentimientos, involucrando la verdad. Dándole vueltas a la honestidad, la verdad salta como chispa de hoguera, considerando que la honestidad es una virtud en estos tiempos, cuando su valor casi sagrado se pierde en el mundo y no somos la excepción. La honestidad se interna en la misma conciencia; se inicia entre tus conceptos como el fundamento del edificio de tu vida, donde se apoyan la vergu¨enza, la dignidad y la honorabilidad. No quiero pensar que sean palabras en desuso en la vida nacional; podemos afirmar que en la actualidad casi nadie tiene en cuenta su alcance y el trágico vacío que produce su inexistencia en la vida humana. Revolotean mis pensamientos ideando qué hacer a través de la televisión, sugiriendo instruirle a niños y jóvenes, principios y moral; de evadir los dominicanos esta responsabilidad, la degeneración nos atrapará. República Dominicana quedará a la deriva, azotada por la nada, vacía, con el tiempo nos entrarán los males ruinosos de la decadencia moral en diversas vertientes, convirtiéndonos en entes sin valores. ¡Qué se establezca la honestidad en nuestra tierra, como bandera salvadora de la nación, así como principio fundamental en la vida del hombre! Pensemos en historias cortas que lleven mensajes altruistas a las multitudes. Alguien dijo: “La comedia televisiva es lo que le gusta al pueblo”. Contesté: Estás equivocado, el dominicano se encanta con las telenovelas, igualmente pueden mostrárseles historias positivas, en lugar del excesivo contenido de infidelidad, homosexualidad y vulgaridad, este último, que nada tiene que ver con el arte y para colmo se presentan en horarios en los que los niños ven televisión. Considero que los libretistas de algunos programas televisivos tienen que trabajar muy duro con un nuevo material, para edificar al pueblo, esperando que salga adelante por mejor camino. No podemos permitir que este país se postre; el presidente Fernández ofreció 4,000 millones para educación. Qué bueno, de poco valen adelantos materiales con un pueblo falto de preparación. Anteriormente las canciones escolares existían, estaban llenas de principios, las cantaban en las escuelas antes de las tareas cotidianas y eran muy edificantes; quizá hoy se desestiman por la post modernidad, aunque lo nuevo no siempre aporte beneficios para el estudiante. Afortunadamente volvieron a impartir la asignatura Moral Y Cívica. Ahí aprenden el valor del respeto, la verdad y la honestidad. La ausencia de valores es una lacra social que degrada la tierra, lacerando al país en agonías. La delincuencia tiene enlutados a muchos hogares dominicanos, el crimen se acentúa a través de manos jóvenes, hasta por centavos, realidad dolorosa y aterradora que socava a la nación. Un alto porcentaje de jóvenes desde temprana edad son esclavos de la droga; salvémoslos, mañana sería demasiado tarde. Cada uno de nosotros podemos ayudar, según nuestras posibilidades, pero hay que ponerle voluntad con corazón, porque esos muchachos son dignos de compasión. Usemos ráfagas de principios en toneladas, con mucha honestidad para rescatarlos, que cada día sean menos los adultos corruptos, y que esos pobres niños equivocados que deambulan por la vida sin ideales, puedan reintegrarse sanos a la sociedad.