Peculado morado vs médicos y enfermeras

En el diccionario de la real experiencia ciudadana se define peculado como la práctica de acumulación de recursos mediante el ejercicio del poder gubernamental, legislativo, municipal, o judicial, según. Peculado morado es el mismo peculado cuando lo hacen los morados, aunque no guarden parecido físico con el de la OTTT, pasado de grasa gracias a su chef “delivery”, a toda hora, pagado con la nominilla. Lo de chiquito es porque debe cuadrar el Nueva York Chiquito. También es peculado morado chiquito acumular bienes inmuebles con recursos del Estado y si alguna casa se desocupa, cuidarla de los ladrones, con un capitán y otros militares. Lo mismo que si tiene un compadre o unos amigos en Guayabal, Padre de las Casas (cerca de Túbano) que necesite un camión, o un par de docenas de motores propios para motoconchos. Obviamente el peculado morado chiquito es diferente al extralargo XL (extra large). Este es el que practican funcionarios de alto copete que se hacen ricos de la mañana a la noche, bajo el tetero del sol. Ese peculado morado XL es el de los legisladores que dicen desconocer al ‘hombre del maletín’ (No lo conoce ni Valentín). El barrilito encaja en el peculado morado XL, alegándose que es para el cumplimiento de compromisos. El clientelismo morado necesita fuentes de financiamiento para ser sostenible. Es por eso que no se puede tocar ninguna tecla que aseguran “el chorro de cuartos” para “la campaña”, aunque lluevan a diario los reclamos de mejoras salariales o caminos vecinales. A los médicos y enfermeras, desde el Palacio y el Congreso, los pusieron de mojiganga para entretenerlos y ganar tiempo, pensando “diluir” sus reclamos o rendirlos por cansancio. Mientras se evidencia esa falta de respeto a los galenos, el oficialismo proclama que no sabe de dónde sacar los recursos para el aumento pedido por los médicos y las enfermeras. En el repunte de la iniciativa de la lucha de los médicos y de las enfermeras crece el apoyo de la población, aunque las bocinas traten de distorsionarlo o minimizarlo. Mientras tanto, se calienta la expectativa por la aparicion del libro “La cara de los descarados”, cuya puesta en circulación se avisará por la prensa. Se recomienda reservar su ejemplar antes de que se agote la primera edición.