TESTIGO DEL TIEMPO
Agoniza Detroit
NUEVA YORK.- Los dominicanos lo decodificaron primero. Para los estadounidenses GMC significa General Motors Corp., para nosotros, “Grande Malo y Caro”. Ese es el secreto del agónico modelo capitalista estadounidense. Lo grande, malo y caro se rompe pronto, asegurando ventas futuras, porque compramos otro. A principios del siglo pasado había que ahorrar durante largos años para comprar un automóvil. ¿Cómo logró GMC que tantos pobres del mundo compraran sus carros caros? Inventando el crédito. En 1919 GMC creó una empresa para financiar la venta de sus autos, iniciando el modelo de “crecimiento” basado en créditos. Detroit, la ciudad del automóvil, muestra el resultado directo de la distribución riquezas que promueve GMC. Entre las grandes ciudades estadounidenses, Detroit quizá es la más sucia, insegura y fea. Su casco urbano tiene hermosos edificios de oficinas corporativas, pero en el resto hay tanta pobreza, criminalidad y marginación como en cualquier ciudad tercermundista. Su crisis inmobiliaria es gravísima, con un “tarjetazo” ($800.00) se compra una casa. La única esperanza de GMC, ese símbolo industrial estadounidense, es un subsidio official, nos piden $39 mil millones. Esa suma no resolverá, prolongará y consolidará el problema, porque una dósis de droga apoya, no elimina la adicción. Si GMC quiebra, 55 millones de hogares estadounidenses perderán sus pensiones. Y millones de empleos desaparecerán para siempre. En 1919 GMC inventó ésta vida artificial, enseñándonos a gastar dinero que no teníamos en malos productos que no necesitamos. Como sólo un grupito se beneficiaba, en los primeros 10 años, para 1929, vino la Gran Depresión. La solución comenzó en 1933 con el New Deal (Nuevo Pacto Social) del presidente Roosevelt, distrubyendo mejor las riquezas. El nonagenario modelo de GMC merece morir, así podremos renovar el pacto social, cambiando los productos Grandes Malos y Caros, por otros Pequeños Buenos y Baratos.