ORLANDO DICE
Fracaso aumento de salarios a los médicos es culpa de legisladores
Las culpasEl último fracaso en los intentos de aumento de sueldo a los médicos no puede cargársele al Colegio ni a su presidente Waldo Ariel Suero, sino a los senadores y diputados, incluyendo los presidentes de ambas cámaras, que se comprometieron a producir esa alza mediante una ley, sin contar con los medios económicos ni la anuencia del universo de los legisladores. Recurrieron a todas las fuentes posibles, y los afectados reaccionaron con voces de alarma, siendo tales sus influencias que las iniciativas se cayeron por fuerza de su propia gravedad. Cuando sometieron el proyecto ni la oposición votó a favor, con lo cual quedó demostrado el contrasentido y el poco liderazgo de los promotores de lo que desde el principio se consideró un despropósito. ¿Cómo era posible que los legisladores oficialistas se afanaran en poner en apuros a su gobierno, que no cedió en ningún momento a las demandas de los galenos? El resultado hubiera sido trastornador del orden establecido. El Legislativo se hubiera impuesto como el poder de las soluciones, y el Ejecutivo hubiese pasado a un segundo plano. El Palacio del Congreso Nacional se hubiera convertido en La Meca, pues ningún sector con problemas se complicaría la vida yendo a la Casa de Gobierno, si podía resolver más fácilmente en la instancia de las leyes... “Lealtad”Reinaldo Pared ni Julio César Valentín explicaron porqué debiendo --como peledeÏstas-- lealtad al gobierno, se fueron a favor de los médicos. Ellos no son nuevos en estas lides, tienen años como políticos, y mucha experiencia como legisladores, para advertir las implicaciones y las consecuencias de sus iniciativas en beneficio de los galenos. Si hubieran tenido verdadero ascendiente sobre sus compañeros de cámaras, y el proyecto hubiera pasado, se hubiese producido una situación incómoda entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, pues no sólo uno estaría sustituyendo al otro, sino que la reacción natural hubiera sido observar la ley aprobada. Incluso, ese trance hubiera dado lugar a un problema de autoridad que hubiera rebasado al gobierno e involucrado el partido. Los médicos hubieran quedado aparte y el pleito se hubiera dado entre Pared y Valentín, por un lado, y el presidente Leonel Fernández, por el otro. Ese enfrentamiento no hubiera sido nuevo, ni nada del otro mundo, pues la separación de poderes origina ese tipo de choque. Aunque en la ocasión hubiera tenido características propias, al producirse entre incumbentes de un mismo partido. Tampoco eso sería novedad, ya que hay antecedentes en administraciones del PRSC y del PRD. El PLD, por tanto, no sería excepción... El olvidoEste último punto es importante, porque los peledeÏstas están demostrando en su actual corrido de las bases poco apego a los principios y olvido de su antigua disciplina, que era de las cosas que los diferenciaba de los perredeístas y reformistas. O al menos eso vendían como virtud política. Ahora cada cual, alto, medio o bajo, hace lo que considera más conveniente a su propia causa personal. Está lo de Pared y Valentín con el aumento de sueldo a los médicos, pero también el alza dispuesta por los regidores del ayuntamiento del Distrito Nacional. ¿ Quién baja línea, quién controla ? Como la indisciplina es colectiva, permea todo, y se produce a todos los niveles y en todos los espacios. ¿ Cómo impedir que los aspirantes a cargos electivos no se promuevan, si quienes hacen la advertencia no tienen “ autoridad moral ” ? No es posible que las reglas existan para las bases y no para las cúspides. El ambiente no está tan enrarecido que contamine, pero debe preocupar, pues en ese contexto deberá conocerse la reforma constitucional. Se supone que el proyecto fue consensuado en el PLD, y que todos sus legisladores ir‡n en una misma dirección, pero tomando en cuenta la experiencia de estos días tal vez no deba hablarse con toda la boca. Los protagonismos al margen de las decisiones internas no serían sorpresas, pero sí peligros que conviene evitar...