Artroplastia: solución a necrosis

Por definición simple, el término ‘necrosis avascular’ se refiere a la muerte del hueso causada por un suministro sanguíneo insuficiente al área. Bien podemos decir que se trata del infarto de un hueso. Existen numerosas etiologías para la necrosis avascular, incluidas trauma y causas no traumáticas como uso de esteroides, pancreatitis y hasta el alcoholismo. Cuando no se determina la etiología, el desorden es idiopático lo que representa alrededor de un 25 por ciento de los casos. Después de un tiempo, parte del hueso se desprende. Si esta afección no recibe tratamiento, el daño óseo empeora y, finalmente, la parte sana del hueso puede colapsar. En el caso que nos ocupa nos referiremos específicamente a la articulación coxo-femoral o cadera, y en particular a los casos derivados del padecimiento de la falcemia. La falcemia o anemia falciforme nos compete por ser hereditaria y propia de razas negras mixtas y de alta incidencia en República Dominicana. La misma se describe como una hemoglobinopatía, enfermedad que afecta la hemoglobina, una proteína que forma parte de los glóbulos rojos y se encarga del transporte de oxígeno. Es de origen genético y, como característica particular, el glóbulo rojo adquiere apariencia de media luna. Esto dificulta la circulación de los mismos causando obstrucción de los vasos sanguíneos y, a su vez, provocando síntomas como dolor en las extremidades. Los glóbulos rojos también padecen de una vida más corta provocando anemia crónica. La condición de necrosis avascular o aséptica es más común en adultos entre los 25 y los 60 años de edad pero, en el caso de aquellos que sufren de anemia falciforme, el proceso empieza con mayor frecuencia entre la primera y segunda década de la vida. Por ende, ya entre cerca de los 25 años, la impotencia funcional y el dolor son más que evidentes, invalidantes. Visto que la calidad de vida del paciente falcémico aquejado por demás de necrosis avascular de cadera es de progresivo deterioro, la artroplastia total o cirugía de reemplazo articular es, sin duda alguna, la mejor opción. Consistente en la remoción quirúrgica de la articulación afectada y su sustitución por una prótesis total. Es la solución tanto a la incompetencia mecánica como al dolor. Luego de sometidos a un exitoso procedimiento de reemplazo, los pacientes comúnmente se reinsertan en una vida laboral y familiar productiva y pueden lidiar con las demás consecuencias de su condición sin el pesado fardo de la disfunción.