Diputados atrapados “con las manos en el parque”

El Parque Nacional del Este, con sus invaluables riquezas costeras, sigue siendo objetivo y escenario de tramas reveladoras de la conducción del país “como caña para el ingenio” por grupos voraces escudados en tres siglas politiqueras. Se recuerdan las andanzas en el Este, el Sur y el Norte de un secretario de manos protegidas, lo mismo que de jueces descarados al dictar sentencias violatorias de la Ley, así como de “espléndidos inversionistas” extranjeros con fortunas de dudosa reputación. Ahora es la aplastante mayoría de la Cámara de Diputados que protagoniza un espectáculo con una coreografía de carroza. Encueradas las falsedades de un plan que comenzó con la “adquisición” de miles de metros cuadrados en zonas protegidas, y sus correspondientes títulos de “propiedad”, ahora se pretende aprobar al vapor el proyecto mutilador del parque. No hay diferencia entre lo que moralmente entraña la maniobra cuajada en la Cámara de Diputados y los imparables casos de militares y policías involucrados en una gama de actos delictivos y de narcotráfico. Tampoco se diferencia el trasfondo de ese tipo de iniciativa de los diputados de lo que hacen funcionarios, como los de la Lotería y de la OTTT, que conducen como fincas las respectivas dependencias públicas en las que laboran. Por cierto que la más reciente juguete de la Lotería fue precisamente jugar con los legisladores. ¿Qué hay detrás de la avalancha de votos de diputados por la cirugía para amputarle partes vitales al Parque Nacional del Este? La pregunta no tendrá respuesta donde debe tenerla para fines de investigación, por lo menos. La mutilación del Parque del Este no sería la primera ni la última travesura por los pasillos de las instancias legislativas del Estado dominicano. Ahí viene arrollando una peor: el atentado contra la Constitución de la República, con la forjada ilusión de de perpetuación en el poder y la luz verde para nuevas manipulaciones y aberraciones en la conducción del país. El revuelo causado por los diputados es por lo escandaloso de su proyecto, cosa que explica reacciones opuestas en el Senado para guardar las apariencias. Si casi 100 diputados han sido sorprendidos “con las manos en el parque”, no hay otra explicación que la prángana moral que caracteriza a las cúpulas de poder.