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Recordando a Jacobo Majluta

Un día como hoy recordamos una de las figuras políticas más influyentes y democráticas de la República Dominicana, Jacobo Majluta. Hoy se cumplen trece años de la triste desaparición de un hombre que ahondó en la mente y el corazón de tantos dominicanos por su carisma, compromiso social, conocimiento pragmático, su capacidad para gobernar, entre otras virtudes que giraban entorno al aspecto humano y profesional de este líder que, sobre todo, era un gran dominicano. La vida del fenecido presidente Jacobo Majluta recoge momentos gloriosos y momentos de grandes dificultades, pues desde muy temprana edad, debido a la estrechez económica que experimentara su familia, Jacobo se vio precisado a integrarse a las labores productivas, adquiriendo las experiencias necesarias para luego desempeñarse en importantes funciones tanto en el sector privado como público. En el año de 1961, se inició formalmente en la política cuando ingresa al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), momento en que los primeros representantes del partido pisan tierra dominicana. A raíz del Golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963, el licenciado Majluta, quien era Secretario de Estado de Finanzas (con tan sólo 28 años de edad) del gobierno del profesor Juan Bosch, fue hecho preso y deportado por defender los principios constitucionales de la República. Desde el exilio formó parte de la dirección de un comité que se encargó de organizar las actividades del Partido Revolucionario Dominicano para la vuelta a la constitucionalidad. Gran parte de su trayectoria política se desarrolló en el PRD, ocupando relevantes cargos, incluyendo la presidencia de ese partido en dos ocasiones. Producto de su ardua labor, se convirtió en uno de los principales responsables del crecimiento y la institucionalización alcanzada por esa organización política. La función ejecutiva de Majluta en el sector público ha sido de gran importancia para la consolidación del sistema democrático dominicano. En 1982, durante su gestión de gobierno de apenas 43 días, preservó la paz pública y garantizó la pacífica transmisión de mando al presidente electo del PRD, haciendo un ejercicio de la Presidencia siempre apegado a las normas constitucionales. Además de ejecutar programas sociales de marcada importancia para todos los dominicanos, sobre todo, para aquellos que son centro, nervio y alma de nuestra cultura de la pobreza. Como presidente de la República tomó una serie de medidas que iban desde el abaratamiento de varios artículos de primera necesidad, suministro de medicinas a los hospitales, entrega de fondos a diversos departamentos, y terminaciones de calles, hasta una medida de protección ecológica. Estas acciones permitieron que su imagen ante la opinión pública como hombre de Estado con capacidad para dirigir la nación con eficiencia, quedara ampliamente ratificada. Tan populares y efectivas fueron las medidas tomadas, que muchos dominicanos consideraron sus días de mando como “el milagro de los cuarenta y tres días de Jacobo”. Sus aportes no sólo se circunscriben a la vida política nacional, también al sector deportivo, cultural, social y económico, a los cuales dedicó gran parte de su vida para su desarrollo. Es por ello que un día como hoy, entre tantos otros, recordamos con solemnidad la vida de este gran líder, fundador del Partido Revolucionario Independiente (PRI), ideólogo del Partido La Estructura, y quien inspiró además la formación de la agrupación política “Eficiencia Nacional”, el cual se apoya en los fundamentos de la “Ideología de la Eficiencia” que nos legara Jacobo. Recordar al licenciado Majluta es también recordar al gran amigo, al gran maestro, y al gran hombre de familia, pues así de inmenso era Jacobo. Hombre de acción y decisión, quien a diferencia de muchos políticos, no se complacía con auto halagos y la auto promoción. Para recordarlo a través de sus propias palabras, seleccioné esta cita, entre tantas de su autoría, que de seguro nos servirá de reflexión: “Tenemos que unirnos, hombres y mujeres, en la lucha por el desarrollo económico y social del país. Tenemos que unificar las voluntades de todos aquellos que, estén donde estén, alberguen la disposición de hacer que la República Dominicana deje de ser un país rico lleno de gente pobre”. Gracias Jacobo por tu estela ejemplar, que honra la causa de Juan Pablo Duarte, que pone en alto la dominicanidad!!!

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