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Opinión

El Discurso y The Economist

Silvio Herasme PeñaSanto Domingo

Es muy lógico que siempre el discurso del jefe del Estado con motivo de las Fiestas Patrias sea esperanzador y de un fino optimismo en el futuro del país. Tiene sentido que enlace la fecha y el recuerdo de “los padres fundadores” con el destino mejor que todos deseamos. Así ha sido y así será siempre. Los opositores del jefe del Estado también tienen la oportunidad de “ponerse a esperar” para ver por dónde le pueden sacar la “quisonda” para decir -como han dicho- que presentó un cuadro demasiado optimista y que no tomó en cuenta a tal o cual sector. Es verdad que muchos esperaban que el presidente se refiriera al caso de Carlos Díaz, por sus derrumbes y a la inundación del Lago Enriquillo ubicado entre las provincias Baoruco e Independencia. En Carlos Díaz muchos dominicanos han sido lanzados por la naturaleza a un futuro incierto como resultado de un accidente absolutamente geológico, natural. Pero el caso del Lago es peor porque pudo prevenirse reparando el dique que vierte al mismo las aguas del río Yaque del Sur. Y ambos casos debieron merecer la conmiseración del presidente de la República en su mensaje del viernes último. Lo que ha llamado la atención de la opinión pública ha sido el bosquejo optimista sobre la economía que expuso el doctor Leonel Fernández Reyna, anticipando que el crecimiento de la economía sería de un 4.2% en lo que respecta al 2009. También respondió el jefe del Estado a las críticas sobre lo que algunos consideran excesivos gastos en la burocracia oficial y aseguró que en el año actual el pago de la nómina pública sólo representa el 3.2% del Producto Interno Bruto (PIB), cuando el índice histórico es de 3.5 a 3.6% del PIB. El doctor Fernández sacó a relucir que aquí el Estado tiene menos gastos en servidores que en varios países de Latinoamérica y, entre otros, citó los casos de Brasil con un 13% y de Argentina con un porcentaje muy por encima del dominicano. No explicó, sin embargo, si se manejan en esos casos y el dominicano los mismos conceptos y se incluye al salario de empleados de entidades descentralizadas como la Justicia, los Ayuntamientos, las Cámaras Legislativas y la Junta Central Electoral. Quizás un examen más acucioso de los índices anotados arrojarían resultados muy desfavorables para el cotejo en torno a sueldos y beneficios colaterales. Pero en lo que las palabras del jefe del Estado llamaron la atención fue en los indicadores de la economía porque chocan de frente con el diagnóstico más reciente sobre República Dominicana evacuado por los expertos economistas de la revista inglesa The Economist. Mientras el doctor Fernández dijo que habrá este año inversiones por el orden de los 14 mil millones de dólares, la doctora Ana Sterenfeld advirtió que los análisis de esa entidad arrojan una contracción de la economía dominicana para el actual año. Es decir, “un no crecimiento”. El doctor Fernández vaticinó, sin embargo, un 4.2%. Explicó la señora Sterenfeld que en principio se pensó que el país crecería en el 2009 un 3.8%, lo cual sería más próximo a las cifras que el presidente de la República expuso en su discurso de anteayer. Pero la experta de The Economist anticipa que una reducción de un diez por ciento en las remesas y un 10% en el Turismo y aún más en las exportaciones de Zonas Francas aunque el doctor Fernández afirmo que el año pasado las remesas subieron unos cien millones de dólares. Al destacar este hecho pidió a la Asamblea Nacional y a los invitados una felicitación a los dominicanos residentes en el exterior. La señora Sterenfeld, quien estará el próximo día 18 en el país, afirma que las perspectivas para que la República Dominicana coloque bonos soberanos en el exterior son escasas. Dijo que México y Colombia pudieron, pero que esas serían excepciones a las reglas. El deterioro de las cuentas corrientes del país, las perspectivas para bajas exportaciones y en lo fiscal, son escollos que la funcionaria de The Economist augura para este año. En general la señora Sterenfeld, en publicación hecha por Clave Digital, afirma textualmente: “El gobierno proyecta un déficit del l.7% del PIB, pero nosotros vemos una cifra mayor, 3.7% del PIB. Agregó que tienen dudas sobre la claridad del financiamiento a ese déficit”. Con respecto a las inversiones turísticas que el presidente fijó en 14 mil millones de dólares este año, la señora Sterenfeld expresa dudas sobre esos anuncios ya que la crisis financiera internacional ha producido una importante contracción del crédito y entiende que la oportunidad que exista se colocaría en mercados más atractivos que el dominicano. Oyendo el discurso del presidente Fernández y luego leyéndolo con paciencia y revisando la declaración de la señora Sterenfeld produciría la “de primera intención” de que el presidente y la señora directora de The Economist están hablando de dos realidades y de dos países totalmente diferentes. El presidente ofrece cifras poderosamente optimistas mientras que la experta de The Economist advierte desventuras y aguda recesión (o contracción) para el próximo año. En sólo diez meses sabremos definitivamente quién ha tenido la razón. Y todos esperamos sinceramente que el presidente asista el año próximo a la Asamblea Nacional con una sonrisa “de oreja a oreja” con mayor dosis de optimismo asegurando que pese a los los negros vaticinios de The Economist: “e¥palante que vamos”.

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