Opinión

EL ROEDOR

El poeta Agustín, Quiterio y ¡Bien expulsado!

Aristófanes UrbáezSanto Domingo

“Hasta los perros ladran a la luna, y eso no es poesía”.--Alfonso Reyesó He dicho y repetido, aunque sin el instrumental teórico y la enjundia de filólogos y especialistas, que Tomás Castro, es un “virtuoso del verso” (algo que la ignorancia me impide decir de otros). Hechos, situaciones y objetos que para los “Fénix de los espíritus” carecen de importancia (¡craso error!) Tomas los convierte en poemas irónicos, satíricos o ‘drolácticos’, y no por el ‘facilismo’ que le endilgan miembros de ‘cenáculos de auto-bombos’ que cundo venden diez ejemplares se debe a la ‘virtud’ de Virtudes Uribe, que rebaja (a sus textos) ellos) hasta un cuarto del precio que ellos pretendieron y ‘a consignación’. ¡Qué pequeños frente al altruismo de Mecenas de los nóveles literatos (como don Pedro Mir, Bosch, Bruno Rosario, y otros pocos) que “perdían” su tiempo leyendo garabatos escripturales de todos esos muchachos y les mandaban “leer más”, o seguir tal o cual método! Ningún poeta auténtico se aferró raídos conceptos de preceptistas de épocas disímiles cuyas reflexiones teoréticas poco se han zafado de la “Poética” aristotélica que asumió el arte como mimesis de las acciones humanas y al poeta, como un imitador-simulador que trueca el lenguaje para pintar esas ‘acciones’ sin su crudeza gracias a la ósmosis lo bello (lo estético). “Si queréis pintar el mundo tal cual es, en tus palabras habrá muchas mentiras, pero ninguna de verdad”, recomendó el conde Tolstoi. Tomás Agustín, utiliza esos ‘rejuegos’ poéticos con el sexo oral de la Lewinsky, el “Encubrimiento de América”, el derribo de las Torres Gemelas; y hoy nos sorprenden con sus poemas de los zapatazos que el periodista iraquí lanzó al jefe del Imperio, Bush, que sin que sospechemos que usa lentes de contacto, tiene vista 20-20 y reflejos felinos, pues sólo eso hizo fallar el blanco. ¿Qué es lo que no es ‘poetizable’? Prologuistas de oficio, carecen de nexo lógico para entender el “mundo sensorial” (con discurso rebuscado y citan autores aún no traducidos por lo que hay poner en duda es “lecturas”) que produce la “poesis” al margen de los antólogos. Tomás, díganlo o no, quebró la poesía edulcorante-amatoria viva desde Fabio Fiallo hasta José Ángel Buesa (remedo de la eterna lírica provenzal), para hacer poesía de la revolución sexual entre nosotros, cosa que no hizo ningún poeta criollo anterior o posterior), con “Amor a quemarropa” y aquellas confesiones de óvulos, espermatozoides, clítoris y ovarios. Pero como poeta auténtico y vanguardista, también puso de cabeza el viejo gay-trinar romántico con la ‘recreación’ del Rey Sabio: “El cantar de los cantares”. Si Salomón veía a la amada como una vagabunda y le canta a sus partes húmedas y perfumes que invitan a pecado, Tomás y su ruptura la ponen fornicar en las empalizadas, devuelve la lascivia al ayuntamiento carnal propio de lagartos, monos, perros y culebras, porque no hay erotismo más violento y anticonvencional que el que nos ofrece a diario la naturaleza, según Reinaldo Arenas en “Antes que anochezca”, o la catártica exhalación de espanto de místico de Nervo: “¡Carne, carne maldita// que apartes de cielo!”. A mí “déjame eyaculado de las antologías”, como en “Me duele Panamá, me duele el IstmoÖ” (“Las sombras del silencio”, Edit. UASD). Quiterio CedeñoDespués que fracasó (¡y no ha sido el único!), el proyecto inicial “Nuevo Diario”, que Persio, Nelson Marte aparte, mantiene redivivo aumentando la pegada atento a agua bendita, el profesor Manuel Quiterio C., escogió periodismo turístico, pero la intolerancia no se hereda, se adquiere, como hija del falso orgullo, de la petulancia, aunque se sirva a un solo amo, como manda la regla. Un desmonte en Puerto Plata, siendo Candelier coronel y director Forestal, obligó una “Crónica de prisa” en El Siglo, que pedía al Coronel que detenga ese desmonte que nos conduciría lo de hoy en Ocoa y Pedro Díaz, que más que la lluvia, la falta de la capa vegetal provoca el derrumbe, el ‘lavalás’, que arrasa y sepulta. Quiterio, porque habían unos ‘jorocones’ del turismo detrás, escribió: “De prisa, de prisa, por ahí viene la dictadura”. ¡Vaya demócrata! Ahora, con un estudio bien ponderado sobre la cantidad de haitianos en lo pueblitos cercanos a Punta Cana (unos 20 mil), pide a director de Migración que los irradie pronto. Que yo sepa, el general Sanz Jiminián tiene cuatro meses en el puesto, y el problema es viejo. Si los haitianos son estorbo para el turista, no lo es para constructores de los hoteles, ni para el los explota en agricultura, ni a las 500 ONG que nos acusan de esclavistas, cuyo alboroto y chantaje contra un gobierno que Quiterio no ayudó a subir, sonarán. Con la política de derechos humanos de Obama, hay que deshacerse de esa minoría no de un tirón y sin atraer el veneno de los que nos acechan. Quizás si los hoteleros los necesitaren mañana a esos negros, Quiterio escriba otro artículo en “El Caribe”, pidiendo que los dejen y no violen sus derechos, porque el relativismo moral llega a esos extremos. ¡Bien expulsado!Quiere decir que un eurodiputado, del Partido Popular, el de J.M. Aznar, aquél embustero que se alió a Bush y a Blair para la mentira de “las armas destrucción masiva en Irak”, y por demás, invitado ‘observador’ a un referendo en Venezuela por el Copei, uno de los partidos que hundió ese país en la ignominia, puede en la misma patria de Bolívar, afirmar que “el presidente es un dictador”. El tal Luis Herrero es un fresco de los que creen que pueden hacer lo que quieran en las ex repúblicas bananeras. ¡Fuera, ‘agentado’ de la M! ¡Vete a insultar los líderes de la UE!

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