Agua derramada

Imposible recoger el agua derramada. En ocasiones quisiéramos tener el don de poder hacerlo, pero no es posible. Por eso el cuidado que debemos poner al decir cada palabra. Al tomar cada decisión en nuestras vidas. Recuperar la credibilidad entre los nuestros, tras una falta que ha merecido un gran repudio es muy dificil. Difícilmente el esposo, o la esposa, vuelve a ser tan sincero y confiado con su pareja luego de conocer una infidelidad. Es imposible confiar en un presidente que ordena intervenir un país alegando la existencia de armas mortales y luego se descubre una mafia que beneficia a amigos y allegados, tras admitir que “fue engañado”. ¿Podria la sociedad confiar en los miembros de una Cámara de Cuentas escogida para “salvar” a ese organismo y a sólo tres meses involucrarse en un gran escándalo? El 2009 está al doblar de la esquina. Siempre ciframos muchas esperanzas en la llegada de un nuevo año. Nuestro deseo es que con la llegada de éste no tengamos que intentar recoger más agua derramada. Que no se repitan esos escándalos de corrupción a los que, al parecer, nos estamos acostumbrando, y que según Euclides Gutiérrez Félix están tocando todos los cimientos de la sociedad. Que a pesar de su poder y su derecho constitucional, el Presidente consulte para conceder nuevos indultos y no actúe como si estuviera solo en esta media isla. Siempre es saludable compartir responsabilidades. Que nuestros legisladores retomen el camino de hacer leyes y velar porque se cumplan, en vez de llegar allí en busca de hacer fortuna, como sea. El 2009 debe ser un año en el que los dominicanos con más poder y recursos deben pensar más en la unidad para enfrentar la crisis que amenaza al mundo. Debemos evitar que el agua se derrame, para no intentar recogerla después.