LA VIDA EN TACONES

¿Somos novios?

La cantidad de correos que he recibido son para mí una bendición pues, me hablan del enorme cariño que existe de doble vía.

Tod@s me preguntan por Armando y de cómo van las cosas entre nosotros. Les cuento que hemos seguido saliendo y aún esté pasado de moda para muchos, todavía me pregunto si él no pretende pedirme ser su novia (hay cosas que no puedo modernizar en mí porque le restan formalidad). El otro día, por ejemplo, nos encontramos con una de mis amigas de los tiempos de la universidad y no supe cómo presentárselo, si como mi novio o como un amigo. Tuve que limitarme a decir: “y él es Armando”. Evidentemente ella “copió la señal” pero fue incómodo para mí no saber cómo estábamos comportándonos frente a la gente. Ayer le puse el tema y me dijo que “por supuesto que somos novios desde esa noche de San Valentín”. No pude preguntarle más porque estábamos en el cine. ¡Cómo han cambiado las cosas! Antes y hasta hace poco, los hombres hacían un ritual para pedirte “amores” y hasta se ponían algo nerviosos para que fuera inolvidable. Ahora lo inolvidable es que estas metida en una relación y ya ni te enteras hasta que un día “por casualidad” te presentan: “¡Ah!, mira ella es Cohrina, mi novia”. La verdad no creo que Armando haya conservado este ritual de petición pero, tampoco es tan tonto para no haber notado lo importante que son algunas cosas para mí a pesar de considerarme una mujer en lo general “moderna”. Bueno, ¿qué me dirían ustedes respecto a este tema? La semana entrante Armando quiere que pase a saludar a su familia para que sepan que estamos juntos. No estoy muy convencida de dar ese paso porque es algo muy importante y si en serio él no le dará la formalidad y objetivo a esta relación, porque hacer perder el tiempo a sus padres y a mí llenarme de ilusiones otra vez. Caballeros: si ustedes no le ven futuro o no trabajaran para darle futuro a una relación, no se pongan a presentar a todas las novias que pasan por sus vidas. No es un regaño, es un consejo. Armando no me ha dicho fecha pero, es la semana entrante cuando regresen de viaje. Ojala el decidiera dar más tiempo para este paso pero, si insiste tendré que ver nuevamente la dulzura de doña Mery y de don Arturo e integrarme a sus vidas no como la vez anterior en donde me apoyaban por lo “sweet” que era con ellos, sino que me apoyen por la fortaleza que hoy, como ser humano, tengo en mi carácter sin dejar de ser sentimental. ¿Cuáles anecdotas pueden ustedes compartir conmigo acerca de la primera vez que fueron presentados ante sus suegros? Espero que se animen a confiarme los detalles acertados y desacertados de este encuentro a mi correo o a Facebook… Hace unos minutos, mientras escribía este correo, me llamo mi adorado tormento, y aparentemente no desistirá de esa idea: el lunes en la noche voy para casa de mis suegros. ¿Por qué será que siempre nos preocupamos por la ropa que nos pondremos frente a los padres de nuestra pareja? Casi siempre nos ponemos lo que jamás usaríamos con frecuencia. ¡Ja, ja, ja!

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