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LA VIDA EN TACONES

Seguridad en nosotras mismas

¡¡Hola a tod@s!! Les cuento que luego de esa noche de San Valentín tan espectacular he tratado de ser un poco “fría” con Armando, para que no piense que todos los días es “fiesta de cruz” como dice mi madre. A raíz de esa noche y recordando los malos ratos que pasaba anteriormente preocupada con el asunto de que a determinada hora no había llamado, se me ocurre compartir con ustedes un tema de mucho interés para nosotras las mujeres: La seguridad en nosotras mismas. Para mí ser una mujer segura es estar 150% conciente del valor que una tiene y de lo importante que eres en cada uno de los roles que cumples. De saber que ese lugar en el mundo que hoy ocupas nadie lo ocupará mejor que tú misma. Es muy difícil sobreponerse a los tropiezos o los errores que, como seres humanos, cometemos pero, si sirve de consuelo: todas nos equivocamos alguna vez pero tenemos que ser más las que nos levantemos luego de caer para superar esa prueba. ¿Cuántas veces te habrás dicho “Otra prueba ¡¡No puede ser!!”? En honor a la verdad, nunca entendemos por qué nos pasan las cosas hasta que pasado un tiempo vemos cómo algo que nos convenía más llegó o cómo algo que no nos iba a favorecer para nada se alejó. Duele, y mucho, cuando no entendemos en el momento las razones pero, todo se supera. Dios no permite que nos pasen las cosas para hacernos daño, sino para poner las cosas en su lugar y llevarnos por el camino que nos toca seguir. Creo que todos y todas pasamos por momentos de dolor, impotencia, desesperación o profunda tristeza. Estas circunstancias no pueden destruir la amurallada esencia de nuestro ser en cuanto a seguridad se refiere chicas. Son muchas las veces en las que hemos llorado a rabiar o en las que nuestras lágrimas son el reflejo de una pena muy grande. Quisiera aprovechar para contarles que recibí una carta de una de las lectoras de esta columna y me hizo sentir su tristeza. Esta joven madre y mujer ha pasado por muchas situaciones que le han debilitado su seguridad y autoestima en sí misma. Aprovecho esta oportunidad para llevar un mensaje a una mujer que estoy plenamente segura es alguien excepcional. Amiga lectora, nadie, a parte de Dios y tu familia, te amará más que tú misma. Eres una mujer maravillosa que mereces ser feliz, pero esa felicidad, en ocasiones, viene a cuenta gotas para, en poco tiempo, darnos una felicidad mayor. Las cosas que te suceden o te dejan de suceder son para hacerte más fuerte y por eso debes creer en ti misma, en tus capacidades, en todas las herramientas que la vida te ha dado para superar las situaciones. Busca en tu interior aquellas cosas que te hacen única y que hicieron que tu esposo o que en tu trabajo te escogieran. Rescata a esa mujer que aún vive en ti y que, evidentemente, pide a gritos poder salir a flote y vivir una vez más. Tú puedes hacer todo lo que te propongas, ahí está el camino y espera por ti. ¡Decídete! Reacciona y no deje que el tiempo y las circunstancias se adueñen de tu persona cuando puedes tomar las riendas. No es necesario que te presiones con querer arreglar todo a la vez. Lleva el ritmo con el que te sientas más cómoda y verás los resultados. Nadie en este mundo debe hacerte llorar en la manera en que me dijiste que has llorado. Tus lágrimas son pedacitos de ti que poco a poco salen de tus ojos para escapar al dolor. Recupérate amiga lectora y déjame saber cómo te va, una vez que te decidas a vivir de adentro hacia fuera. No te conozco suficiente, pero el hecho de que quieras ser mejor persona y mejorar las cosas que han destruido tu seguridad en ti misma me hablan de una gran mujer.

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