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"La reina de la estafa" de Hollywood podrá ser extraditada a EEUU

Tahilramani se hacía pasar por dirigentes de Hollywood como Kathleen Kennedy, presidenta de Lucasfilm (productora de la saga Star Wars), la exresponsable de Sony, Amy Pascal, y la ex directora ejecutiva de los estudios Paramount, Sherry Lansing.

El presunto estafador contactaba a profesionales del cine, a los que proponía prestigiosas y lucrativas oportunidades de empleo para proyectos imaginarios.

El presunto estafador contactaba a profesionales del cine, a los que proponía prestigiosas y lucrativas oportunidades de empleo para proyectos imaginarios.

La justicia británica aprobó este martes la extradición de Hargobind Tahilramani, un supuesto timador conocido como "la reina de la estafa de Hollywood" por haberle robado cientos de miles de dólares a profesionales del cine haciéndose pasar por influyentes mujeres de Hollywood.

El hombre, de origen indonesio, es un excelente imitador de voces femeninas y acentos. Está acusado de haber estafado a más de 300 personas, incluyendo actores, directores y fotógrafos, obteniendo más de un millón de dólares, entre 2013 y 2020.

Ahora, la ministra británica del Interior, Suella Braverman, deberá decidir si ordena o no la extradición de Hargobind Tahilramani.

La AFP contactó con su ministerio, pero este indicó que no haría declaraciones sobre un caso individual.

Hargobind Tahilramani fue detenido en 2020 en Inglaterra tras su inculpación, en 2019, por un tribunal de California.

Tahilramani se hacía pasar por dirigentes de Hollywood como Kathleen Kennedy, presidenta de Lucasfilm (productora de la saga Star Wars), la exresponsable de Sony, Amy Pascal, y la ex directora ejecutiva de los estudios Paramount, Sherry Lansing.

Igualmente habría imitado a la exesposa del magnate de los medios Rupert Murdoch, Wendi, y a veces también usurpaba la identidad de ejecutivos masculinos.

Según el acta de acusación consultada por la AFP, el presunto estafador contactaba a profesionales del cine, a los que proponía prestigiosas y lucrativas oportunidades de empleo para proyectos imaginarios. La única condición era viajar a Indonesia para localizaciones, documentación o preparación del guión.

A su llegada, cómplices del estafador sacaban dinero a las víctimas bajo el pretexto de "gastos de transporte" u otros prohibitivos adelantos, que la producción les reembolsaría más tarde.

Pero los incautos no volvían a ver su dinero y aquellos que se quejaban o expresaban dudas eran explícitamente amenazados por Tahilramani, que les intimidaba enviándoles fotos de sus hijos o hablaba de "desmembrar[los]", según el acta de acusación.

Para oponerse a su extradición a Estados Unidos, sus abogados adujeron que las condiciones de detención en ese país violarían los derechos humanos y que la salud del reo se resentiría, pues probablemente estaría casi aislado.