EN PRIMER PLANO

Tulí, decimero de profesión

Antes que leer y escribir, Antonio Rodríguez aprendió a decir décimas. Fue el legado másprecioso que le dejó una familia de agricultores que acompañaba las siembras y recoleccionescon cantos y sones que hacían más llevadero el trabajo en el campo

Tulí, el decimero de Ranchito, recita una décima para Listín Diario

Tulí, el decimero de Ranchito, recita una décima para Listín DiarioYANIRIS LÓPEZ

Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo

Ver a los viejos “contar las palomas” en medio de un campo de maní y a las mujeres responder desde el bohío, en esas estampas de mediados del siglo XX que hoy parecen tan lejanas, es un recuerdo de un valor incalculable para Antonio Rodríguez, heredero directo de estas tradiciones campesinas dominicanas. 

¿Que apenas sabe escribir su nombre? Poco importa cuando se tiene una memoria prodigiosa, una mente ágil y un talento natural para convertir en poesía las palabras de siempre, cotidianas, comunes, esas que pasan desapercibidas. 

La gente lo llama con cariño Tulí y una cosa dicen sus vecinos con seguridad: nadie se aburre si lo tiene al lado. 

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