Los católicos versus halloween
Momentos
Cada vez veo la influencia que tiene en nuestro país la celebración de halloween, aunque no debo sorprenderme, a muchos dominicanos les gusta imitar todo lo foráneo sin detenemos a ver lo que implica. Esta modalidad se ha ido esparciendo por toda América Latina. A mi, particularmente, me causa molestia observar cómo muchos católicos y de otra denominación cristiana celebran e inducen a sus hijos a esta cultura tan diferente a la nuestra. Cómo católicos estamos llamados a ser luz del mundo y buscar lo puro y verdadero. Esa fecha no se acerca a nuestros valores cristianos ni a nuestra identidad.
Defender nuestra fe
Esa e costumbre que proviene de los Estados Unidos no tiene nada que ver con nuestra fe. El Día de las Brujas, vemos cómo lo celebran en colegios y escuelas, cómo empresas lo promueven comercialmente. Por ejemplo, una fiesta muy bonita que podemos imitar es el Día de Acción de Gracia, aunque suene paradójico, prefiero esa. Tengo una amiga muy querida que lo celebra y reúne a sus más cercanos para agradecerle a Dios.
Se profundiza en América
Rocío D’Angelo del equipo de CitizenGO Comparte estos datos: “En 2022, un análisis de Google Trends mostró que las búsquedas relacionadas con "disfraces de halloween" y "fiestas de halloween" crecieron más del 40%. últimos cinco años, en las búsquedas de películas divertidas de halloween crecieron un 300% en Brasil, en Argentina el "disfraz de halloween para niños" aumentó un 250%. Los mexicanos se interesaron por activar el "modo Halloween" en WhatsApp (1.250%) y en Chile creció el interés por los tenis Nike creados para la ocasión (2.700%). Al celebrar fechas como esta, corremos el riesgo de desviar nuestra mirada de la verdad y del testimonio que debemos dar al mundo.
Nos invita a reflexionar
Rocío D’Angelo nos invita reflexionar, “Hay que hacerlo con discernimiento, buscando formas de ser testigos de Cristo, aun en fechas que puedan parecer populares e inofensivas. Que actuemos con sabiduría y resistamos aquello que no edifica nuestras vidas, nuestros valores y nuestro testimonio cristiano”.
Finalmente nos dejó este mensaje: “Deberíamos enseñar a nuestros hijos lo que es bello, bueno y verdadero, cultivando una cultura que edifique e inspire, en lugar de una que glorifique el miedo y los aspectos más oscuros de la vida”.
¡Dios con nosotros!