Museo de la Catedral: un emotivo recorrido a través de la historia y la fe

En el corazón de la Ciudad Colonial de Santo Domingo se erige un tesoro que palpita con historia, cultura y misticismo: el Museo de la Catedral de Santo Domingo.

Este espacio de arte sacro no sólo ofrece una experiencia inmersiva, sino que también narra la historia de la fe en América, desde su génesis en este lugar emblemático, entrelazada con la rica historia de Santo Domingo a lo largo de cinco siglos.

Ubicado en el restaurado edificio de la Real Cárcel de Santo Domingo, la significativa estructura ofrece un escenario singular que, por sí solo conecta con la espiritualidad. Este edificio alberga una colección inigualable de obras de arte y objetos sacros que trazan el trayecto de este templo emblemático desde el siglo XVI hasta el XX.

Fe, arte y poder

Fabiola Herrera de Valdez, directora del voluntariado, explica: “Los museos sirven para preservar la memoria y la identidad de los pueblos. La memoria, para evitar repetir los errores del pasado. La identidad, para entendernos y reconocernos como personas y como conglomerado. En el caso del Museo de la Catedral, preserva y muestra los orígenes de nuestra fe, que, ineludiblemente, están entrelazados con nuestra historia nacional”.

Herrera sostiene que, “el Museo de la Catedral es mucho más que un espacio de exhibición. Es un viaje emotivo que transporta a los visitantes a un pasado lleno de fe, arte y poder, invitándolos a reflexionar sobre la importancia de la Catedral Primada de América como símbolo de la religión católica y como un pilar de la cultura dominicana”.

Con 14 salas de exposiciones permanentes y una sala de exposiciones temporales, el museo engloba una diversidad de experiencias para los visitantes. Además, cuenta con un área ideal para actividades privadas de índole cultural, espiritual o social.

Las salas de exposiciones y la tienda de recuerdos son coordinadas por un personal voluntario. Esta dedicación comunitaria subraya la relevancia del museo no solo como un custodio de arte y artefactos sacros, sino también como un símbolo de la comunidad y del espíritu colaborativo que define a Santo Domingo.

CADA PIEZA, UN TESORO

El Museo de la Catedral forma parte de la Unidad de Patrimonio Religioso, Artístico y Cultural de la Arquidiócesis de Santo Domingo, coordinada por monseñor Lorenzo Vargas. Alberga una colección inigualable de obras de arte y objetos sacros que narran la rica historia de este emblemático templo a través de los siglos XVI al XX.

Entre los tesoros más memorables se destacan joyas históricas como el Sagrario, la cruces pectorales y el Águila Bicéfala, e impactantes piezas arquitectónicas originales de la Catedral Primada, como el Coro Alto y la Piedra Pentagonal, que dejan testimonio de la opulencia y el simbolismo de la época colonial.

Sus salas también acogen esculturas e imágenes religiosas cuidadosamente restauradas, y otras que aún conservan su pátina original como huella indeleble del paso del tiempo y de la devoción de generaciones pasadas.

Una enriquecedora experiencia con el arte sacro

El Museo de la Catedral ofrece una detallada narración de la construcción de la Catedral Primada de América, que fue el centro neurálgico de la vida en la colonia. Aquí, los visitantes pueden conocer los nombres y esfuerzos de las personas que hicieron posible este monumental templo, además de explorar los estilos arquitectónicos y la grandiosidad de su planta física.

Al comenzar el recorrido, a través de sus 15 salas temáticas se conecta con la evolución de la fe cristiana desde su llegada al continente americano. El viaje se inicia con una introducción al reconocimiento de la existencia de Dios, y prosigue con la llegada de los primeros misioneros a la isla de La Española. Esta sección destaca las vicisitudes enfrentadas por los pioneros de la fe en Santo Domingo y el arduo proceso de construcción de la Catedral, incluyendo los esfuerzos de los maestros canteros, cuyas huellas aún perduran en la estructura.

La siguiente sección del recorrido se enfoca en la historia del edificio que alberga el museo. Antiguamente una cárcel, luego Congreso de los Diputados, teatro, imprenta y escuela nacional de arte, el inmueble ha tenido múltiples vidas, cada una de ellas dejando su impronta en la historia de Santo Domingo.

Una pausa para reflexionar

La parada especial en el recorrido es la capilla de la Altagracia, dedicada a la madre protectora del pueblo dominicano. Este espacio ofrece un momento de reflexión y oración, permitiendo a los visitantes conectarse de manera personal con la historia y la fe. 

En las salas finales se puede admirar el imponente coro bajo de la Catedral, restaurado por José Miura. Esta sala evoca los antiguos ritos y la profunda fe de los antepasados dominicanos.

Luego, la antesala del Tesoro y la sala del Tesoro presentan piezas de gran valor histórico y espiritual, muchas de las cuales se exhiben al público por primera vez en siglos.

El recorrido culmina en la tienda del museo, un espacio que ofrece orfebrería, artesanía local, pinturas y papelería elaboradas por voluntarios y artistas. Este último toque asegura que nadie salga sin un recuerdo del museo, incentivando a los visitantes a regresar.

Además de las exhibiciones permanentes, el museo cuenta con una sala de exposiciones temporales. Actualmente se presenta la muestra “Madonas y Ángeles”, curada por Patricia Reid y Virginia Flores, que incluye cuadros e imágenes antiguas de Vírgenes y arcángeles de la colección del museo. En 2025, esta muestra será seguida por una exposición de belenes y otras dos interesantes exposiciones.