¡Adiós piloto automático! Vamos a vivir con intención
De cerca
Hace algunos años empecé a diseñar un trayecto para crear una vida con intención. ¿Cosas que uno aprende según va envejeciendo? ¡Quizás! Pero me ha funcionado. Cambié el piloto automático de mis días por la consciencia de saber el porqué de cada una de mis acciones y emociones.
Un camino experimental para transformar mi mundo abrumado por una vida más plena, donde aprendí a disfrutar cada salida del Sol, a celebrar cada minuto, a tomar decisiones con sabiduría y a centrarme en lo que realmente importa.
Ahora estoy más presente y me permito apreciar cada instante sin dejar que ninguna escena se escape. Elijo centrarme en la paz en lugar del ruido, y en vez de rememorar experiencias dolorosas del pasado, enumero las posibilidades del futuro.
Hoy quiero invitarte a realizar tres ejercicios que me hago a diario:
Conéctate con la gratitud
Agradece por todo lo que eres y tienes el día de hoy. Reconoce las cosas positivas que te ayudan a seguir adelante. Establece pequeñas metas y celebra los progresos por pequeños que parezcan. Tu objetivo puede ser tan sencillo como beber un café caliente sin interrupciones.
Elige pensamientos positivos
No podemos elegir todo lo que nos sucede, pero podemos elegir cómo reaccionamos a ello. Las sensaciones negativas son para sentirlas y liberarlas, no para aferrarse a ellas. Dedica menos tiempo a quejarte y más a pensar y hablar de lo que quieres lograr.
Disfruta cada instante
Ahora que soy abuela he aprendido a magnificar el valor del tiempo, y sé que cada momento es precioso y único, entonces, permítete experimentarlo. Siente la brisa, disfruta de una conversación o una lectura, de una buena comida o una copa de vino. Abraza, besa, sonríe… la foto para las redes sociales puede esperar.
¡Hasta el lunes!