Porfirio Rubirosa: Mito y leyenda de un hombre apasionante

Sin lugar a dudas, uno de los personajes que más curiosidad desata a nivel local e internacional es el carismático embajador dominicano, playboy, corredor de carros y polista: Porfirio Rubirosa Ariza.

Reconocido por sus finos modales, internacionalidad, cultura y dotes de gran seductor, fue el menor de tres hijos de una familia clase media alta de San Francisco de Macorís. Su padre fue nombrado jefe de la embajada dominicana en Francia en 1915, y vivir y crecer en París le dio acceso a una educación exquisita, llena de viajes y personas interesantes que le abrieron la puerta de la alta sociedad parisina de la época. Regresó con 17 años al país, siendo estudiante de Derecho, pero su disciplina y amor por los deportes lo inclinaron a seguir una carrera en el ejército en nuestro país.

Entonces, conoce a Flor de Oro Trujillo, hija del dictador Rafael Leónidas Trujillo y el resto ya es historia.. 

Sus aires de seductor y el misterio de su personalidad lo vincularon sentimentalmente con figuras como Judy Garland, Marilyn Monroe, Ava Gardner, Rita Hayworth, casándose cuatro veces con mujeres muy adineradas como Doris Duke y Barbara Hutton. 

Un poco más

Sus dos grandes pasiones, además de las damas, eran el polo y las carreras de autos. Organizó y dirigió su equipo Cibao-La Pampa y entabló amistades con corredores de autos deportivos con quienes se dejaba ver con frecuencia y con actores de cine de la talla de George Hamilton, quien nos confesó su gran admiración por nuestro dominicano universal.

Su vida fue intensa, y así la vivió. La muerte le dio su último beso una madrugada de julio de 1965, en su adorada París; en ese momento murió el hombre y nació la leyenda.