De Cerca
¿Trabajas desde el éxito, el ego o la carencia?
A propósito de que este primero de mayo se conmemora en República Dominicana el Día del Trabajo, llega a mi memoria una reflexión que aprendí durante una capacitación sobre negocios, impartida por la publicista y mentora, Gisel Castillo.
¿Trabajas desde el éxito, el ego o la carencia? Era la pregunta abierta con la que la experta en negociaciones invitaba a la audiencia a recapacitar sobre su posición ante un potencial cliente.
Ella, magistralmente fue desglosando el concepto, yo fui reservando los puntos que tocaban mi entorno y trasladando esa información al día a día, al complejo mundo corporativo, ese escenario donde se construyen y destruyen reyes y reinados.
Desde el éxito
En el mundo ideal se supone que has elegido una profesión porque te gusta y deberías sentirte privilegiado porque te desempeñas en la industria en la cual te has formado.
No siempre es así, pero no tiene caso solo quejarse de lo mal que pasas tus días, de lo poco que te pagan o de lo insignificante que resulta tu labor. Pregúntate, ¿por qué sigues ahí? En una empresa con la cual no te identificas, levantándote cada día para hacer algo con lo que no te sientes útil ni pleno.
Sin pasión difícilmente conseguirás éxito laboral. Necesitas accionar con la intención de superar algún reto. Si no estás ahí, emprende, cambia, fórmate, pero nunca te conformes.
La edad no es una limitante, la gente exitosa nunca deja de aprender y ve en cada error la posibilidad de mejorar en el siguiente paso.
Desde el ego
Existen personas quienes trabajan con la principal motivación de que los demás se den cuenta de todos sus logros. Se esfuerzan para expandir su ego, para sentirse admirados.
El reconocimiento no puede ser el único fin en un ambiente laboral, el exceso de ego hace que se dedique demasiada energía a asegurarse de que los demás se enteraran de cada paso que das.
Alimentar egos de forma innecesaria crea profesionales mediocres, trabajadores más preocupados en verse validados que en generar un aporte, y en el camino van y defraudando a muchos.
Un ego inflado también corrompe la actitud. Creerse que somos los únicos responsables de nuestro éxito nos lleva a ser groseros, egoístas y propensos a desvalorizar el trabajo de los demás, olvidando la importancia del rol de cada miembro del equipo.
El ego nos hace ser menos eficientes, porque nos hace perder naturalidad para relacionarnos, humildad para aprender y amabilidad para tratar con los demás.
Desde la carencia
Todos sabemos que como seres humanos necesitamos atención y afecto de quienes nos rodean. Todo está en orden mientras no se limiten los vínculos.La carencia emocional se refleja en los ambientes laborales cuando estamos frente a un profesional poco empático, autoritario y antisocial, que necesita constantemente de la aprobación de los demás.
La buena noticia es que con el apoyo de un experto en la conducta humana, este, como otros patrones de comportamiento, puede revertirse.
La mayoría de la gente cree que el éxito es sinónimo de ganar mucho dinero. Sin embargo, el concepto de éxito profesional es más amplio y profundo. No se refiere solo a temas de dinero, también se incluyen los valores, el compromiso social y la posibilidad de integrar la profesión y la vida personal.
Si tienes un objetivo claro no limites los esfuerzos para hacerlo realidad, pero siempre actuando de manera ética y sin sacrificar tus valores personales.
“Ser exitoso significa tener un equilibrio de historias exitosas en varias áreas de tu vida. No puedes ser considerado exitoso en tu vida de negocios si tu vida familiar es una ruina”, un planteamiento de Zig Ziglar que me encanta, y es perfecto para reflexionar en el Día del Trabajo.
Y yo te pregunto: ¿Trabajas desde el éxito, el ego o la carencia?
¡Hasta el lunes!