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Crónica Ligera

De carbón a diamante

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Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Cuenta la leyenda: “Envejecer es obligatorio, crecer es opcional”… Durante los últimos años me he tomado muy en serio mi crecimiento personal, no es fácil reconocer nuestras lagunas emocionales ni nuestras creencias limitantes, pero se nos hace cómodo vivir a la defensiva.

Crecer es un trabajo lento y constante, al que debemos dedicarle tiempo y atención. Cuando somos adultos es más difícil aprender, porque la rutina y la costumbre se instalan en nuestras mentes. En este camino, Dios ha sido mi norte, mi guía y quien ha trazado el trayecto a recorrer. ¡Tengo plena satisfacción de lo que he logrado... soy feliz!

No necesito un motivo para estar alegre, soy próspera, porque son sensaciones que nacen de mí, es parte de mi responsabilidad conmigo misma, sentirme bien no está en manos ajenas ni requiere que otros me reconozcan o me valoren. Lloro sola mis caídas y por tanto, celebro cada uno de mis avances en este proceso que se llama vida.

Ser coach en Liderazgo Transformacional me llevó por el trayecto más agudo y me permitió un encuentro estremecedor conmigo misma. “Nadie puede dar lo que no tiene”, por eso he priorizado mi preparación y sanación.

Volver a estudiar y enamorarme de ello lo logré haciendo conciencia de que es una actividad de dos vías: aprender y enseñar. Me estoy edificando con Saritza Zambrano en su academia Dreamers Supply Alliance, una decisión divina que me capacitado suficientemente, para agregarles valor a otras personas y ayudarlos a descubrir su grandeza.

Mi propósito

A través de mis estudios y el tiempo que he dedicado a mi crecimiento, he creado conciencia del compromiso para con las personas que nuestro Señor Jesús cruza en mí camino.

Desde el amor, la alegría y el positivismo, debo impregnarles amor y valentía a mis semejantes y contribuir con su realización, con que logren sus sueños y sean felices.

Se puede conseguir sirviendo de guía para orientar sobre el camino correcto que conduzca al propósito de vida y misión en este mundo. Tras varias certificaciones como coach, es ahora cuando estoy en capacidad de ser puente y apoyo, gracias a las enseñanzas de esta escuela que con sus métodos han sacado lo mejor de cada uno de sus estudiantes.

Agradecimiento

Gracias a los procesos que he vivido, he logrado transformarme y convertirme en el ser humano que quiero. Gracias a mis coaches, de visiones diferentes y observaciones certeras. También agradezco a cada una de mis compañeras de clases que cada semana se convirtieron en soportes imprescindibles en cada etapa de este proceso. Gracias por recordarme que “las oportunidades pasan en las madrugadas…”

¡Con Dios!

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