Momentos

La música como propaganda en la dictadura de Trujillo

Creo que Catana Pérez, desde el cielo siguió impulsando el objetivo del cual me hablo años atrás, sobre una investigación que recogería la música como propaganda en la época de Trujillo. No pudo verlo materializado porque Dios quiso tenerla a su lado.

La segunda vez que me hablaron de ese tema fue Arismendi Vásquez Guareño, luego mi amada Liusik Cuello Pérez, la hija que Catana me regaló.

Hasta que recibí una invitación del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana donde me invitaban a la puesta en circulación del libro “La Música como Propaganda en la Dictadura de Trujillo”, un trabajo de investigación sobre el uso que dio el régimen dictatorial a la música, sobre todo el merengue, en el largo período comprendido entre 1930 y 1961.

Para mí fue una gran alegría ver que el esfuerzo y el amor por un sueño se habían hecho realidad para Catana ( en el cielo) y para Arismendi.

Catana Pérez

Tenemos que valorar el trabajo que viene desarrollando Luisa De Peña Díaz, directora-fundadora del Museo, quien siempre apuesta a nuestra historia y valores.

Me imagino que cuando vio esos registros históricos no lo pensó dos veces para dar su apoyo a este significativo legado. Nos comentó que la publicación de esta investigación forma parte de la misión de la institución de dar a conocer la realidad de la dictadura en todos sus ámbitos.

La obra es de la autoría de la fenecida pianista Catana Pérez y el periodista Arismendi Vásquez Guareño.

Legado

Los dominicanos tendrán en esta obra una referencia de la forma en que Trujillo se adueñó prácticamente de una expresión auténtica, como es la música popular, para usarla a su favor en el espacio político. Eso se refleja en la larga lista de merengues donde la adulación se hace presente.

Un momento de lágrimas y agradecimiento, fue cuando se presentó el video: “Recordando a Catana”, con fragmentos de entrevistas donde la coautora explicaba el trabajo que estaba realizando para el museo, así como detalles del libro y la satisfacción que sentía como maestra del arte, actividad a la que dedicó su vida. La edición del libro fue responsabilidad del escritor Avelino Stanley.

Las palabras de presentación estuvieron a cargo del historiador e investigador musical Darío Tejeda. El acto cerró con las emotivas palabras de Liusik Cuello Pérez, hija de Catana, quien recordó la labor desarrollada por su madre en beneficio del arte.

¡Dios con nosotros!

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