Normas y etiqueta
El funeral de Estado inglés, su estricto protocolo
Diez días de riguroso protocolo en las honras fúnebres de la monarca más grande de la historia que hemos tenido el honor de presenciar en todo el mundo a través de las diferentes cadenas de televisión, plataformas digitales y redes sociales.
Desde la muerte del primer ministro Winston Churchill, Inglaterra no tenía un funeral de Estado. Este día programado desde más de cinco décadas por la monarca, muestran la tradición y costumbres reales dado con rigores al funeral de un soberano del Reino Unido.
La ceremonia
Gran organización de riguroso protocolo, donde observamos los símbolos reales representativos de su monarquía, presente durante su reinado y sus antecesores. Estos símbolos vistos encima de su féretro en las capillas ardiente tanto en Edimburgo, capital de Escocia, como en Inglaterra.
En Escocia, junto al estandarte que cubría su féretro, se observó una corona de flores y ajíes cultivados en los huertos del Palacio de Balmoral, (su palacio de verano donde falleció). También apreciamos la corona del Reino de Escocia del que también era la soberana.
Última morada
Elizabeth Alexandra Mary, Isabel II, Reina de Inglaterra, Escocia e Irlanda. Soberana de otros catorce Estados independientes constituidos en reino que suman los cincuenta y cuatro países de la Mancomunidad de Naciones, conocida como Commonwealth, donde ella era Jefa de Estado, descansará, junto a los demás miembros de su familia, en una cripta real, de la capilla de San George, patrón de la iglesia de Inglaterra y en la que era gobernadora suprema.
Allí descansan otros reyes (incluyendo sus padres) que no están en iglesia de Westminster. A su lado descansará también su esposo, el Príncipe Felipe de Edimburgo.
Cientos de mandatarios internacionales, representantes de las iglesias y de las diferentes casas reales; la familia real británica, los ex - primeros ministros, miembros del parlamento, la aristocracia inglesa, junto a un pueblo entregado a su reina, le acompañaron a su morada final como despedida.
Un gran ejemplo de perfección en las normas del protocolo internacional, fue llevado con todas estas personalidades correctamente ubicadas y con los ceremoniales dados para presentar su sentir ante el Rey y la ¨Royal Family¨.
El despliegue de seguridad, los estrictos horarios para cumplir presencialmente las ceremonias fúnebres; los controles para que su pueblo también rindiera honores, demuestran una gran organización en sus rigurosas tradiciones, con los criterios de respeto y sencillez, sin que se dejen de lado los símbolos y el poder que representan la figura del féretro como principal protagonista de esta despedida a la soberana.
Ha terminado la era Isabelina, estas últimas generaciones la despiden físicamente, pero no a su legado. La historia la ha de acrecentar…
¡Hasta siempre su majestad Isabel II!