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CRÓNICA LIGERA

Escasez mental

Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Cuando leemos o escuchamos el término mentalidad de escasez siempre lo asociamos al dinero, de igual modo cuando hablamos de abundancia, sin embargo nuestra mayor escasez no es económica, es mental. ¿En qué grupo de personas está usted? ¿Entre los que viven bajo creencias limitantes o aquellos que tienen mentalidad de abundancia?

La diferencia entre uno y otro radica en: los de mentalidad de escasez, se cobijan bajo el paraguas de la negatividad, sobreviven dentro del marco de las carencias emocionales y económicas. Los que eligen la mentalidad de abundancia viven dentro del marco del agradecimiento y la alegría, tiene la puerta abierta a la prosperidad.

Sin embargo, ver el camino que hemos tomado como sociedad nos hace entender que el manto de la escasez mental nos arropa y nos conduce a un mundo lleno de actitudes individualistas que nos encausan al fracaso colectivo.

Mentalidad

Nuestros propios pensamientos de escasez son los que nos conducen al conformismo o al derrotismo. Conozco gente que esperan que Dios, el universo o el gobierno les resuelva su vida, sin embargo viven sin un propósito, sin una meta y sin una ilusión, todo lo mendigan.

El amor, el cariño, la comida, el trabajo, la vida… Esas personas dudan de todo, de sus capacidades, de sus atributos y de sus conocimientos.

Es un sentimiento extraño, que casi siempre se genera por su propia insatisfacción, que destruye y les amarga la vida. Entonces, viven en un proceso de desgaste que no les permite avanzar ni valorar ni reconocer sus propios atributos ni los que les ofrece el entorno.

Lamentablemente esto puede ser una conducta aprendida en la niñez.

Hay suficiente para todos

Nuestra forma de pensar y la manera que reaccionamos a lo que cotidianamente vivimos define la mentalidad que predomina en nosotros, y de ahí es que podemos reconocer el nivel de nuestro bienestar personal y del éxito profesional que obtenemos.

Amo la mentalidad de abundancia, no nací con ella, pero dejando atrás algunas limitaciones adquiridas desde mi niñez la combiné con el arrojo que traje de fábrica y aprendí que el mundo “hay suficiente para todos”… entonces, podemos obtener todo lo que queramos si trabajamos para ello, sin tener que apagar la luz de nadie.

La mentalidad de escasez se sustenta en el miedo, el fracaso y el no ser valorados. Mientras que la mentalidad de abundancia, nos lleva a estar atentos a las oportunidades, que estás nos encuentren preparados y despiertos, a corresponder a los retos, ser persistentes ante las dificultades, despojarnos de la arrogancia, dejar de lado las rivalidades, hacernos inmune a las críticas y olvidarnos de las comparaciones.

Con Dios!

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