Normas y etiqueta
Códigos de vestir en modo virtual.
En este transitar que podemos llamar ¨época excepcional¨, donde enfrentamos una pandemia que nos sumergió en miedos profundos, que levantó un enemigo invisible capaz de matarnos, diría que la misma nos fortaleció, esclareció el sentir de la humanidad y su resiliencia, la forma real de servir y el manejo de la caridad.
Nos mostró los verdaderos rostros y nos hizo testigo de los desarrollos científicos más avanzados que hemos vistos jamás, destapando las tecnologías existentes e ignoradas, dando pasos de avances dentro de las operaciones laborales a través del teleTrabajo, el Zoom, desarrollándolas de manera flexible, manejando las conexiones de los dispositivos para conectar en pantallas con un mundo más avanzado.
Muchas personas que realizan este tipo de labores remotas se preguntan si tenemos que tener tanta formalidad en el vestuario dentro de esta nueva manera de realizarlas?
La respuesta a esta inquietud es que, aunque estemos de manera presencial o virtual, existen principios atemporales, universales, que trascienden las veleidades de la moda y que constituyen los códigos de la imagen.
Nuestra forma de vestir siempre ha de comunicar. El estilo con que nos presentamos en nuestro entorno social o laboral revela tanto del hombre como de la mujer su personalidad. Dicen un viejo refrán que el hábito no hace al monje, pero nos lo revela.
Lo cuidada de nuestra imagen, la acertada forma de vestir al mostrar nuestro estilo dentro de la moda que escogemos en las diferentes ocasiones, acto, o lugar, deja reflejada nuestra personalidad.
Según los estudios de los estilistas y expertos de la conducta, la ropa que llevamos, la combinación en los horarios y actividades, nos suelen empoderar para poder realizar exitosamente las labores profesionales que nos tocan. Condicionando psicológicamente nuestra acción en el desempeño ante los desafíos emocionales de mejora, logrando desarrollar con seguridad las habilidades y actitudes.
En el ámbito laboral siempre es importante vestirnos de acuerdo a las funciones y lugar donde estemos desempeñándonos, sin que por esto dejemos de lado nuestro estilo o esencia.
La elegancia siempre ha de proyectar respeto, credibilidad, seriedad, formalidad y autoridad. Debemos buscar siempre evitar ruidos ópticos, aun estemos vestidos de manera casual o informal dentro de nuestro entorno laboral. No en todas las áreas debemos estar formalmente. La vestimenta informal no es apropiada todos los días, ni en todos los lugares por lo que debemos confiar en lo atinado de la lógica al vestirnos.
En esta nueva forma laboral debemos tratar de lograr un equilibrio entre las rígidas reglas del ¨Dress Code¨ tradicional y la informalidad reinante del entorno.
La flexibilidad al pasar de un código de vestimenta a otro de forma presencial o virtual debe ir dentro de la lógica de la buena imagen que presentamos, acompañada siempre de labores dentro de los horarios y las actividades.
Todos sabemos la forma apropiada del vestir según nuestra responsabilidad laboral, cuidando siempre las expectativas de la posición, de nuestro superior y del cliente.