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El protocolo de la seguridad estratégica

El sistema de seguridad ejecutiva, de una empresa o institución, se considera eficaz cuando sus áreas convergen por un propósito común. Reduciendo riesgos, manteniendo el orden y la protección de todos.

Es de importancia que los encargados de seguridad y del protocolo trabajen unidos en lo que confiere al ejecutivo y el perímetro laboral.

La seguridad es una rigurosa disciplina que con los tiempos ha evolucionado convirtiéndose en todo un sistema. La misma unifica los protocolos en salud, riesgos laborales, orden interno, ciber seguridad, infraestructura y “protección física” entre otros.

Dirigir la seguridad institucional o ejecutiva conlleva a que su encargado no solamente sea o tenga la formación militar.

Es necesario que posea entrenamiento especial, conocimientos en normas y estrategias en riesgos. Estos estudios se realizan por departamentos altamente militares, de conocimientos de inteligencia, por lo que los mismo son impartidos de manera muy privada o secretas.

Soy de los que siempre abogo, de que particularmente que el encargado del departamento sea de extrema confianza, este debe de tener los conocimientos o contar con asistentes que posean las experiencias de estrategia en seguridad.

Profesionales responsables que puedan planificar dentro de la inteligencia de protección, los protocolos de vigilancia y controles, detectando cualquier reacción que pudiese resultar una amenaza.

Hoy día contamos con herramientas tecnológicas que soportaran los filtros y documentación del operativo diario institucional. Cámaras de vigilancias, con un monitoreo constante (no grabación solamente); Maquinas detectoras de metales,

Bloqueadores de señales para los dispositivos que puedan entrar en áreas restringidas. Soportados con la comunicación interna de prevención, llevando las normas y estrategias de contingencia para mitigar consecuencias negativas, garantizando así, una efectiva inteligencia de protección.

Este tema lleva años conversándose, causando inconvenientes, algunos muy trágicos y lamentables. En muchos casos las personas allegadas amistosamente a los altos ejecutivos de una institución, son las que más se rehúsan a cumplir con las normas protocolares que rigen la seguridad como son, identificación personal, no portar armas de fuego o armas blancas.

La confirmación de las citas en los departamentos donde se dirigen, o simplemente el comunicar que desea visitar el ejecutivo de ese departamento o dirección general.

La seguridad “no se negocia”, las amenazas son cambiantes y no tienen letreros, se pueden detectar ante actitudes y señales de la conducta y es por esto que se requiere de un personal altamente entrenado ante estos posibles hechos, manejando el protocolo de alerta, emergencia y de infraestructura.

Cada gestión de seguridad ejecutiva, empresarial o institucional debe de contar con los equipos necesarios para su efectiva protección. La evaluación detallada de todas las áreas y los posibles riesgos existentes en cada una, determinará los puntos vulnerables, procediendo a posicionar un equipo multidisciplinario que pueda reconocer los riesgos e interceder de manera segura y preventiva en las diferentes circunstancias que puedan surgir.

Hay que dejar los miedos a lo que me pueda ocurrir por cumplir con el deber. Hay que dejar de temer a la incómoda frase de: Ud. no sabe quién soy yo? Hay que dejar de escuchar cuando se te dice: Cuidado, es amigo del ministro...

Repito, la seguridad “no se negocia”.

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