Crónica Ligera

¡Sin formación, no hay transformación!

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Ana Mercy Otáñez G.Santo Domingo

¿Eres de las personas que sigue formándose y creciendo o ya te rendiste? Me encuentro dentro del gran número de seres humanos que no se cansa de aprender, de investigar y conocer. Pude haber estado en algún momento de mi vida entre los que de una u otra manera se casan y se rinden, pero formarme y seguir aprendiendo forman parte de mi. He escuchado a mis amigas, colegas y conocidos afirmar que están cansados y no están dispuestos a seguir estudiando y es una decisión que respeto. Sin embargo, en este tiempo todo apunta hacia la transformación del individuo, así como les pasa a las empresas y a la industria. En lo personal, el compromiso es individual y la clave para lograrlo se sustenta formación. Transformarse debería ser una material que no ayude a ser auténticos y a matar nuestro crítico interno.

Formación

El tiempo nos ha demostrado la importancia de estar preparados en determinada materia. Invertir en nosotros mismos tiene sus grandes ventajas, ya sea en lo personal o en lo profesional. La preparación técnica nos ayuda a crecer en el área del saber en la que nos desarrollamos, es una oportunidad ideal para avanzar y crecer. Nada me ha dado mayor resultado como persona que emplearme a fondo en mi proceso de desarrollo, eso me ha permitido estar lista para afrontar los cambios. La transformación es constante, si no comenzamos, tarde será más costoso. “El éxito lo determina no tanto el volumen del cerebro de cada uno sino el volumen de los pensamientos individuales”.

Transformación

Formarnos para crecer y avanzar no tiene edad y surge cuando estamos preparados para transformarnos, no para cambiar. La diferencia entre uno y otro está en que el cambio es una reacción ante una situación externa que no depende de nosotros y la transformación es un decisión personal que sucede cuando algo dentro de nosotros nos motiva tomar acción, es algo más profundo a lo que solemos ponerle pasión y amor. La transformación surge desde el corazón hacia lo externo, es la evolución de una persona, se logra de manera profunda y para cada ser humano el proceso es diferente, para llegar hasta ahí los caminos son individuales. Es un paso trascendente que nos ayuda a ver más allá de lo cotidiano, que nos permite desarrollar un encuentro mucho más profundo con quien somos y con nuestro propósito y nuestra visualización sobre nosotros mismos. Al transformarnos caminamos de forma natural y nos presentamos al mundo tal y como somos. Todos deberíamos trabajar en nuestra crecimiento interior con la intención de descubrir nuestros verdaderos tesoros.

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