Algo qué contar

¿Qué quieres en tu familia, a un Judas o a un Pedro, a un Poncio Pilato o a un Juan?

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

Hoy escogí una entrevista que hice a Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo de la Diócesis de Santiago de los Caballeros, porque su contenido no perece. Lo cité para esta misma fecha en la que debemos hacer una reflexión de por qué hacemos sacrificios en la Semana Santa y recordar que en el seno de la familia es que debe trabajar el valor espiritual de la fe.

Crecí sin comer carne, bañarme el viernes santo y recuerdo que los adultos tenían abstinencia sexual. Para no hacerlo hacían explicaciones muy folclóricas. Otros hacen ayuno y obras humanitarias; es decir renunciar a algo para renovarse. Es tiempo de reflexión, de oración, y debemos poner en práctica la palabra de Dios y los mensajes que dejó Jesús antes y durante su muerte y crucifixión.

Benito de la Rosa y Carpio hizo esta pregunta ¿Qué quieres en tu familia, a un Judas o a un Pedro, a un Poncio Pilato o a un Juan? Para él, cada Semana Santa es una celebración nueva y los padres deben educar a sus hijos en esta dimensión y así lo preparan para la vida.

Tiempo de Pascua

Desde que Jesús fue juzgado, hasta su resurrección, tiene a su lado personajes que se pueden coger de ejemplo para ilustrarles a padres y tutores, el verdadero significado de esta semana.

“Tenemos, por ejemplo, a Pedro, que negó a Jesús, pero al recordar las palabras que le había dicho: “Antes que cante el gallo, me negarás tres veces”. Lloró amargamente, lo que significa que podemos arrepentirnos de los pecados y las malas acciones y tendremos el perdón de Dios y de los seres que amamos.

Y así, seguimos... y vemos al Sirineo, quien ayudó a Cristo a cargar la cruz, es decir, se puede educar en el valor de la solidaridad y el amor filial, como el de María, que nunca abandonó a su hijo, nunca perdió la fe, creyó en Él, porque nadie se muere tranquilo hasta que no deja seguros, sus seres más queridos”.

Sabiduría

“También encontramos los personajes que actuaron de forma negativa, como Judas, que traicionó a Jesús, luego se arrepintió y desesperado ante la magnitud de su delación se suicidó ahorcándose. Asimismo, a los ladrones que crucificaron junto a él: uno bueno que reconoció su pecado y el otro, que no admitió su culpa. Dando la lección de lo importante de asumir responsabilidad ante los actos malos que cometemos, para poder cambiarlos.

También deben preguntarse todos los días, si quieren un hijo como Poncio Pilato, un hombre de mal carácter, violento y corrupto, conocido por su gesto de lavarse las manos al condenar injustamente a Jesús de Nazareth”, comenta el sacerdote.

Apuesta a que en cada hogar reine el mensaje de perdón que dejó Jesús, el día de su crucifixión, tal como se menciona en Lucas 23-34: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y los soldados echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos”.

“La Semana Santa era un retiro en silencio, social, espiritual, global y familiar. Y eso volverá, porque si no lo hacemos por necesidad, lo vamos hacer por el mal que se está provocando. La historia te enseña que cuando una generación o pueblo cae en la decadencia, se destruye, y luego viene una generación que se reinventa y apuesta al cambio”, dijo.

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