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Crónica ligera

Hay más vías que dificultades…

Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Los grandes pensadores y “Gurús” del crecimiento humano consideran, que “el placer de alcanzar las metas está en disfrutar el trayecto”. Es una frase linda, que motiva, pero no siempre inspira ni es suficiente, pues durante el recorrido, los hechos van y vienen, algunos se imponen, y en ocasiones nos ciegan, haciéndonos creer que las mieles del éxito caen del cielo.

Se nos olvida que en todos los caminos encontramos escollos, los cuales debemos superar para evitar un proyecto “natimuerto”, pues estos se desvanecen tras encontrar los primeros obstáculos, cuando la realidad nos da en la cara y nos deja sin salida, con las manos atadas, el corazón roto y preso de la desilusión. Este es el momento para poner los pies en la tierra y reparar en que, la vida siempre nos trae más soluciones que dificultades para salir adelante.

Enseñanza

Cada obstáculo es una oportunidad para mejorar nuestras ideas, acciones y propuestas. Es a fuerza de golpes que aprendemos, cada estorbo en el camino trae un aprendizaje, a veces cruel, pero siempre real. La satisfacción vendrá cuando saquemos partida del mismo. Lo ideal es no encontrar dificultad, pero ella siempre acecha y la actitud es enfrentarla.

Debemos afrontar las situaciones que se generan en el trayecto, poniendo en práctica nuestra intuición y tomarnos el tiempo necesario, hasta encontrar la adecuada solución… Pensar, analizar, mirar y consultar, son herramientas ideales que nos conducen a la aceptación y el reconocimiento de que la dificultad debe ser resuelta, sin prisa, pero sin pausa, sin venganza ni ánimo de derrotar a los supuestos responsables o los factores que lo ocasionaron.

¡Es frustrante Porque casi siempre nos pasa en un momento inesperado que nos impide avanzar hacia aquello que anhelamos!

Lo bueno de esto es que, las caídas nos hacen crecer, nos conducen a un equilibrio mente-cuerpo y nos enseña, que poner el corazón nos ayuda a aceptar, entender, balancear y equilibrar y así caminamos con la adecuada madurez hacia nuestras metas.

Encuentre sus vías

Cuando afloran los obstáculos, debemos estar atentos y preparados, evitar, en primer lugar, que estos no afecten la motivación y el entusiasmo que nos llevó hasta dónde estamos y no nos alejen de nuestro camino.

Es más fácil encontrar las vías cuando el objetivo está claro y definido, ahí impera la constancia. Que la falta de resultados no mate nuestras ilusiones. Cada quién tiene diferentes técnicas para llegar a la meta, cada quien camina diferente, pero que eso no te detenga.

Nada nos llena más el alma que ser testigo de nuestros logros, motivadora y vocera de nuestra entrega, capacidad y triunfo.

¡Con Dios!

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