Momentos

Luis Abinader: retos y esperanza

La conmemoración de la efeméride de nuestra Independencia Nacional se celebra aquí y fuera del territorio nacional, además, mueve a expectativas por la rendición de cuentas del Presidente y los cambios a nivel gubernamental que siempre se esperan.

El primer mandatario elevó su optimismo al más alto grado lo cual quiso traspasar a todos sus conciudadanos. Ciertamente, es lo que tiene que hacer quien comanda el barco, inyectar esperanza; pese a que no podemos aislarnos del escenario que vive el mundo a raíz del conflicto entre Ucrania y Rusia.

Abinader habló desde el corazón del salón de la asamblea, fue sobrio y elegante, vestido como mandaba el protocolo. Se respiró democracia, respeto a las instituciones, la oposición se quedaba sentada mientras sus seguidores aplaudían. Nadie empañó ese momento. ¡Cuánto hemos crecido en ese orden!

El presidente Abinader me sorprendió con el manejo del telepronter. En su discurso lució seguro, reflexivo y maduro en sus juicios al abordar cómo recibe las críticas, y qué bueno, porque no me convenció en muchas de las cosas que dijo.

La familia presidencial

No puedo pasar por alto algunos detalles que llamaron mi atención. La presencia de la familia presidencial no pasa inadvertida por su elegancia, aunque la carismática de Raquel Arbaje brilla por su sencillez y su mejor adorno, su sonrisa.

El vestido que lució le sentó estupendo. Me encantó ver a sus madres, Margarita Soni de Arbaje y Rosa Sula Corona Caba de Abinader en primera línea acompañando al Presidente.

La espontaneidad de la Primera Dama se evidenció cuando se retiraron del congreso, ella tomó las manos de su esposo y las besó en señal de su orgullo y apoyo al discurso pronunciado.

La emoción estuvo presente

Cómo es de costumbre el 27 de febrero después de su discurso en la Asamblea Nacional, el Presidente y su comitiva se trasladan a la Catedral Primada de América, donde encabeza el Tedeum, un cántico Católico de acción de gracias .

El Obispo Auxiliar, monseñor Faustino Burgos Brisman fue el celebrante. Estuvo acompañado por monseñor Benito Ángeles y otros sacerdotes. La pareja presidencial es católica, de ahí que no resulta extraño verle orar.

El coro de la Catedral siempre se luce. Me imagino que quienes lo siguieron por televisión o redes sociales fuera del país, tuvieron muchos sentimientos y emociones encontradas al ver en el aire un helicóptero y en la mar una fragata ondeando nuestra bandera tricolor.

La Ciudad Colonial

De la mano del Presidente caminamos literalmente un buen tramo de la Ciudad Colonial al trasladarse desde la Catedral al Altar de la Patria. ¡Qué belleza! Yo no sé si a ustedes les pasa igual que a mí, que escuchar las notas gloriosas del Himno Nacional me despierta el deseo de llorar.

Finalmente

Luz, sabiduría y discernimiento para el Presidente en estos momentos de desafíos que tendrá que encarar. Me quedo con la invitación que hizo por la unidad de todos los dominicanos en estos instantes donde debemos apostar a la concordancia para salir adelante.

¡Dios con nosotros!

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