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Crónica Ligera

Realidad, aceptación y ubicación

Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Tengo la impresión de que las redes sociales han incrementado las comparaciones entre unos y otros, lo que a unos les falta a otros les sobra y viceversa. Hablo en todas las áreas de la vida. Nos hemos perdido en el camino del entretenimiento para entrar en el de la ostentación.

Estamos en tiempos de quien más tiene y más puede... Nos invade una guerra de contenido que solo quiere ¨like¨, y en base a esto, pululan temas, figuras y conceptos cuyos contenidos dejan mucho o poco qué decir, y todos conducen al mismo camino, pretendiendo desviarnos del nuestro.

No me preocupa mi generación, pienso en las siguientes. El mundo imaginario en el que vive un grupo de personas ¨falsas¨, “sin problemas”, que nunca han tropezado en la vida, se acaba cuando chocan de frente con su realidad, esas que les muestra la vida tal y como es, sin filtros, ni colores adaptados.

Coherencia

¨Nada en la vida es gratis y cuando lo es, nosotros somos el producto ¨, es una jerga del mundo digital, que usan los que trabajan publicidad. Esto nos invita a analizarnos, a ver en qué y en quienes invertimos nuestro tiempo y dinero. Entendiendo que lo que a diario seguimos en las redes sociales, aunque no paguemos, no es gratuito. Más aún, cuando se trata de servicios de crecimiento personal o profesional, estos están llamados a orientarnos hacia el desarrollo y la madurez, pero muchos terminan en un fiasco.

Reflexionemos en quienes creemos y a quienes seguimos; pero sobre todo que nos aportan. Para superar una situación habremos de tocar fondo; para motivar a otros debemos tener empatía; para agregar valor a los demás, debemos vivir en coherencia. Nadie llega a la cima de golpe o volando escalones, deberé encontrar trabas o terminan en fracaso. Ver ejemplos!

¡Soy vulnerable!

Nada es tan difícil en la vida como fingir o hablar mentiras. Queremos vivir en el mundo de la aceptación y los aplausos sin reconocer que somos vulnerables, que nuestro entorno personal, familiar, profesional o socioeconómico puede derrumbarse en segundos y convertirnos en entes debilitados.

Vivimos en una situación de riesgo, que debe llamarnos a la meditación. Siempre me creí fuerte como una roca, la vida me ha enseñado que soy tan débil como el pétalo de una rosa. Entendí que mentalmente no vamos bien, nuestra sociedad tampoco, vivimos en burbujas individuales que deja a un lado la dimensión de nuestra salud mental. No hablo de locura, sino de realidad, aceptación y ubicación... No todos necesitamos un Psiquiatra, Psicólogo o un Coach, pero nuestra vida sería muy distinta con un buen acompañamiento.

¡Con Dios!

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