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Algo qué contar

El Patio de Martin Omar

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

Por primera vez asistí a un restaurante que no tiene letrero, ni imagen alguna que lo identifique, esto es parte del concepto creado por su propietario, el chef Martin Omar, quien ha hecho de su casa el lugar idóneo para vivir una experiencia gastronómica digna de contar. Su hogar está ubicado en Hainamosa, en Santo Domingo Este, en una calle de fácil acceso, pero aun así estuvimos en contacto permanente hasta que llegué. Con una sonrisa que emula el carisma de los francomacorisanos me recibió junto a su esposa, María Durán y una hermana recién llegada de España. Inmediatamente, la empatía se apropió y nos envolvimos en la magia del ambiente, propio de la estación del año. Como en casa Todos pasamos al patio que da origen a su restaurante, el cual está diseñado con distintas áreas cubiertas de hermosos follajes verdes, flores endémicas, hierbas y plantas que utiliza para condimentar los alimentos. Lo que hace a este patio singular es lo que representa para su creador, un hombre que llegó procedente de Europa con una maleta de sueños y proyectos que nunca pudo abrir, y al verse, literalmente sin nada, después de haber tenido estabilidad, prestigio, trabajo, y una carrera brillante, como todo guerrero, no se cruzó de brazos y decide emprender desde su casa. Martín me contó que el proceso ha sido duro, pero muy satisfactorio porque ha creado un concepto poco usual en República Dominicana, que va de la mano con la gastronomía sostenible. Es un restaurante de moda en la zona Oriental. Para visitarlo hay que hacer reservas, tres veces a la semana y a veces, la espera ha llegado a un mes, para degustar almuerzo, cena, o un puro cobijado por las sobras de los árboles. Un lujo No todas las veces tú vas a un restaurante y te sirven una cena gourmet hecha en su famosa “olla clandestina” y mucho menos un chef que rescata la comida tradicional y la lleva a otro nivel. De esa noche, no olvido una ensalada de bacalao con pitajaya, en caviar de naranja y cebolla roja y sus frases: “No hay una cosa que sea tan mala, que no traiga algo bueno”.

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