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“Nochebuena con papi, Año Nuevo con mami”, así serán las fiestas para Carlitos

A principio de año, por varias razones que no tengo intención de cuestionar, Sandra y Carlos decidieron no continuar juntos su proyecto de matrimonio. Sin darle muchas vueltas al asunto, el divorcio se materializó y comenzaron a vivir sus vidas por separado. Pero, a pesar de sus diferencias, un pequeño detalle, que solo tiene cuatro años, los mantiene en cordial comunicación, aunque sea en escasas ocasiones.

Carlitos, en su inmensa inocencia, no entiende por qué, sin “pedirle permiso” su papi se fue a vivir a otra casa y solo puede verlo dos fines de semana por mes.

Qué triste realidad

Una de mis mejores amigas es la abuela de Carlitos, y me pidió que la pasara a buscar para dejarla con el niño en el colegio para la fiesta de Navidad. Cuando subió al vehículo vestido como un duende, chispeante y conversador, comenzó a contarme sobre su presentación artística durante el show. Al llegar el turno de hablar sobre la visita de Santa Claus su voz se entrecortó. Me preguntó si conocía el personaje para que le explicara que, para el día de Navidad no estará en su casa de siempre, que los juguetes debería llevarlos a casa de su papá. “Ahora en Nochebuena estaré con papi y en Año Nuevo, estaré con mami, y Santa debe saber que ya no vivimos juntos”, dijo con tono de tristeza.

Sentí un frío en el estómago. Su carita había cambiado de gesto, ahora se veía melancólico y preocupado. Tristemente, reviví aquellos días en que mi hijo mayor, siendo muy pequeño, solía cuestionar sobre estos temas, hacia rabietas y muchas veces entristecía, hasta el punto que llegué a tener miedo cuando se acercaba la época de pascua.

Ahora, Carlitos es uno de las decenas de niños dominicanos que, lamentablemente, se enfrentan a este drama familiar.

Un poco de esfuerzo

Cualquier Navidad con un hogar desintegrado es dolorosa. No importan las razones, para los niños es difícil asimilar este dilema de tener que pasar una fecha tan importante lejos de uno de los seres que más ama.

La separación es un proceso que los niños poco a poco van aceptando, pero necesitan apoyo y espacio. Nadie me lo ha contado, lo aprendí con mi experiencia, los padres podemos lograr que la época de pascua no sea un momento triste para nuestros hijos si respetamos las fechas acordadas, evitamos hacernos víctimas y, a pesar de los sentimientos negativos que se puedan generar hacia el otro cónyuge, aprendemos a diferenciar, a no involucrarlos, y a no generar una disputa parental innecesaria.

Carlitos no lo sabe, tampoco lo leerá en estas líneas, pero ya conversé con Santa y le pasé la dirección de su padre, ahí también le llegará mi regalo, con la esperanza de que todos los niños en igual situación también puedan pasar un feliz día de Navidad.

¡Hasta el lunes!

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