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CRÓNICA LIGERA

¿Es válido sentir tristeza en esta época?

Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Soy un fan de las fiestas, los encuentros, los angelitos, los bonches y todo lo relacionado con celebraciones. ¡En mi vive una eterna fiestera! unas veces duerme, otras descansa. Pero confieso que, en ocasiones, también llega la tristeza. Lo acepto y lo reconozco y me encanta ser así, porque eso me confirma mi esencia de ser humano.

Esto viene a cuento, a propósito del espíritu festivo que se apodera de los dominicanos en la temporada navideña. Una mezcla de sentimientos aflora y en mi caso, realizo celebraciones en el seno de mi familia, agradeciendo a Dios todo lo bueno y lo no tanto.

Soy abanderada del estado de regocijo que nos caracteriza, nosotros traemos nuestra musiquita por dentro, y lo manifestamos mucho más en diciembre. Ninguna temporada se compara a la navideña. Al llegar el fin de año, abundan las muestras de cariño, las llamadas, los regalos, convirtiéndolo en un ambiente mágico para el común de los mortales.

Metas

Estas fechas son ideales para reprogramarnos, planificar nuevos proyectos, plantearnos metas, poner en blanco y negro nuestros sueños y aspiraciones con el fin de lograrlos el año que se avecina. No siempre se cumplen en el tiempo, pero hoy es de suma importancia y de gran valor, hacer el croquis de nuestros propósitos.

Recomiendo revisar lo pasado el año que termina, en este caso, 2021. Sus lecciones, enseñanzas, aciertos y, sobre todo, nuestros manejos durante el mismo, para poder plantearnos, clara y definitivamente, lo que realmente queremos vivir el año que se avecina. La pandemia de la Covid-19 trajo muchos cambios, nos enseñó a vivir y ver las cosas de maneras diferentes. En muchos casos, han cambiado las prioridades, metas y visión, sobre la salud, dinero, amor, familiares, actividades sociales y espirituales, sin que olvidemos las acciones filantrópicas.

¡No es una obligación!

Aunque esta es la temporada más alegre del año y así lo percibe la mayoría, no es un compromiso sentirnos felices, festejar y participar de todas las actividades sociales que nos circunde, por el simple hecho de que estamos en Navidad. Si no tienes ánimo, estás triste y no quieres celebrar, no pasa nada, eso es normal. No todos estamos en la misma sintonía, ni vivimos las mismas experiencias. Muchos atraviesan por situaciones diversas que provocan dolor, necesidades o frustraciones.

es fácil entonar un villancico, tomar alcohol o simplemente comportarnos como si no pasara nada, cuando en realidad pasa algo. Es momento de poner en práctica la empatía y entender que cada quien vive su propia realidad. Entonces, sí, es válido sentir tristeza en esta época.

¡Con Dios!

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