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CRÓNICA LIGERA

Personas normales con resultados extraordinarios

Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Me asombra cómo tantas personas consideran imposible ser feliz. Seres que andan por la vida resaltando lo negativo, en lugar de destacar las cosas positivas que le rodean y sonreír aún en medio de las dificultades. He llegado a la conclusión que el dolor y el fracaso encuentra más aceptación que las alegrías y el éxito. Basta ver las reacciones ante tales hechos.

No obstante, es obvio que el éxito de personas con actitudes positivas es que evitan los mitos sobre la felicidad; valoran y disfrutan lo que tienen, renuevan sus creencias, manejan sus pensamientos e identifican y controlan las amenazas de autosabotaje.

La felicidad es una decisión que debemos tomar todos los días, que no depende de nuestras condiciones, sino de nuestra actitud ante la vida. Ser feliz es un estilo de vida, un caminar constante por senderos optimistas con resultados grandiosos. ¡De ahí nacen las personas normales con resultados extraordinarios!

Hábitos de la felicidad

El grupo de niños africanos “Masaka Kids” que bailan diversos y contagiosos ritmos de manera cuasi profesional, son seres llenos de limitaciones convencionales (descalzos, ropa rasgada, vieja y sucia. Pisos de tierra, casas frágiles y rústicas, pero disfrutan la vida con lo que tienen. ¡Bailan, sonríen y viven! La felicidad está dentro de ellos. Es que somos felices de acuerdo a como pensamos, actuamos o procedemos ante tal o cual situación.

Debemos crear hábitos de felicidad, identificar qué nos llena, qué nos satisface y valorar lo que nos hace felices. Aprendiendo a desechar lo que no.

Cabe preguntarnos ¿Somos capaces de defender nuestra felicidad? De seguro que hay personas que no, otras trabajamos con ese fin y elegimos nuestro camino sin hacernos esclavos de los patrones que otros tratan de imponernos, nada debe tener mayor importancia como lo que nos satisface… Jamás debemos dejar nuestra felicidad en manos ajenas, esto nos hace vulnerables.

Mis situaciones

A diario tengo retos que superar y necesidades por cumplir, soy un ser humano con carencias, debilidades y fortalezas. Pero lo que más resalta en mí son los tantos motivos que tengo para agradecerle a Dios, por todo con lo que me ha bendecido.

La vida, la fuerza y los deseos que me acompañan para alcanzar mis metas personales, familiares y laborales. Mi felicidad no significa ausencia de dificultades, todo lo contrario, en mi cotidianidad vivo lidiando con mis limitaciones físicas, mentales y económicas y las mitigo sin la necesidad de cambiar de ambiente en ninguno de mis entornos, simplemente acepto, manejo las situaciones y disfruto los resultados. Aceptar nuestra realidad es el primer paso para entender que sólo nosotros somos responsables de nuestro bienestar.

¡Con Dios!

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