Cultura

Oscar Abreu: Memorias de un visionario

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

Para la curadora de arte Lilian Carrasco, el siglo XXI muestra a un Óscar Abreu fortalecido, convertido en un activo físico de invaluable humanismo; inclinado a la puesta en valor de las artes visuales en el contexto dominicano, con ribetes internacionales.

Así se confirma al inaugurar el Museo Abreu, una iniciativa que institucionaliza su haber en el arte y le abre las puertas a las nuevas generaciones de artistas, al tiempo de generar las condiciones para que se produzca el diálogo, análisis e investigación en materia cultural.

Abreu acaba de enmarcar su gran sueño: Un museo de arte en Punta Cana que lleva su apellido. Se trata de una obra pensada y soñada de principio a fin, inclinada hacia el impulso de un patrimonio artístico y de gran repunte para el turismo cultural del país.

“Es un apéndice que de forma radiográfica conecta con el ser humano cuyas manos han sido premiadas con el regalo divino del arte”, sostiene la curadora.

Además, está dando los toques finales a otro proyecto con el cual pretende recuperar la memoria histórica del arte, en función de sus búsquedas y experiencias que les permiten elevar su discurso existencial mediante el lenguaje expresivo, el libro “Memorias de un Visionario”.

Según explica el autor, en la obra el lector tendrá la oportunidad de adentrarse en los momentos que han marcado su labor artística.

El ser humano

“Nací para ser artista, aunque prefiero no creer en esta posibilidad, y levantarme cada día con todos los problemas y satisfacciones existenciales que el hombre puede provocarse a través de sus acciones y decisiones. Aunque reconozco que llegué al arte por ser hijo de Rosa Ogando, una mujer sin preparación académica, comerciante, trabajadora incasable y de mi padre, Librado Abreu”.

Óscar rememora con nostalgia que en su niñez vivió como un nómada de un lugar a otro, quedándose en la casa de familiares y padrinos porque su madre fue a trabajar a España.

“Recuerdo que el proceso de adaptación al principio me causaba mucha tristeza, porque dejaba amigos de la escuela y del barrio”.

Cuenta que como mecanismo de defensa para afrontar la soledad, jugaba empleando la imaginación hasta adaptarse a su nuevo hábitat. “En el patio de mis abuelos maternos me gustaba jugar con barro creando figuras sobre la tierra. Así comienza esta gran historia…”

Artista y escritor

A Óscar le impresiona el ser que lucha para lograr su sueño sin pensar ni siquiera en lo difícil que será la tarea. Confiesa que es muy coherente con su discurso humanista, el cual refleja al plasmar los distintos estados como: el amor, el odio, la envidia, el dolor, el sufrimiento y la miseria que soporta la mayor parte de la humanidad, esa lucha interna que vive el hombre moderno.

“Mi obra es un simple homenaje a la esencia humana. Quienes visiten el museo verán las creaciones de arte que denuncian el dolor, el sufrimiento y la violencia provocada por las guerras mundiales y civiles, los genocidios, las dictaduras, las torturas y el abuso de poder”, explica Abreu.

Su creatividad es innata y en la medida en que se enfrenta a la adversidad o al peligro se hace más fuerte, y presenta una obra más dramática, existencial y espiritual, ya sea en dibujos, pinturas, esculturas, performance, instalaciones, fotografía.

Recientemente, en el hotel Secrets Royal Beach Punta Cana, el artista hizo un reconocimiento al doctor Ramón Tallaj, destacado médico dominicano, radicado en la ciudad de Nueva York, al develizar un retrato en su honor que también será la imagen de portada del libro “Memorias de un visionario”.

Con palabras del autor, es un material que, además de incluir la valoración del historiador de arte dominicano Cándido Gerón, contiene la visión integradora de casi la totalidad de la matrícula de especialistas dominicanos. Y en el prólogo, el crítico de arte Odalís Pérez profundiza sus etapas sucesivas y expande sus límites intelectuales de su psicoexpresionismo.

“Óscar se sirve de las fuentes primigenias de los aportes de Sigmund Freud en relación al psicoanálisis para proponer una lectura estructural de su entorno, fundamentalmente de la figura humana, basada en una representación racional del alma y la consciencia”, apunta Lilian Carrasco en el introito de la obra.

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