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Más seguridad ciudadana y menos violencia machista

Ivelisse VillegasSanto Domingo

Más seguridad ciudadana y menos violencia machista

El miércoles 29 de septiembre no fue un buen día para mí, como dice un refrán, “me levanté con el pie izquierdo”, literalmente. En la mañana cuando iba a tomar el control del aire para apagarlo, no sé cómo, terminé tendida en el piso.

No le presté atención a éste y otros eventos que me sucedieron, hasta que un limpiavidrios me golpeó tan fuerte el cristal de mi vehículo que lo destrozó, en la avenida Máximo Gómez esquina Pedro Livio Cedeño. Fue al mediodía. Me detuve por el cambio de semáforo y un sujeto me lanzó una esponja en el cristal, desde una distancia que me asustó. Inmediatamente, le dije que no deseaba limpiar el cristal y a la vez señas varias veces, pero el individuo hizo caso omiso y continuó con su labor. Pasan unos segundos y cuando da verde me dispongo a continuar el trayecto, el joven al ver que me marchaba cerró los puños y le dio una trompada al cristal, emprendiendo la huida.

Impotencia

Me quedé en shock. No sabía qué hacer, salí del vehículo en busca de ayuda, pero no encontré a nadie que pudiera socorrerme “algún agente que persiguiera al agresor”. Y continúe el trayecto hacia la casa hablando sola, llorando de rabia, impotencia y desesperanza.

En el trayecto pensé tantas cosas y me hice estas preguntas: él lo hizo porque soy mujer, porque tenía hambre, estaba furioso, será un delincuente... Al llegar a casa, en donde me sentí segura junto a los míos, y más calmada, les cuento lo sucedido y con mucha indignación alegan que fue porque era mujer, y por supuesto es así.

Cuando la vida pierde su valor

El que me rompa el cristal de mi vehículo tiene un mensaje implícito, para una sociedad que está inerte ante la ola de violencia y acoso que viven el ciudadano común, y más grave la mujer.

Mi caso no es tan notorio, gracias a Dios, en comparación con lo ocurrido días después a la joven Leslie Rosario, a quien un miembro de la policía la mató frente a su hija, en estado de gestación, porque simplemente le rozó el vehículo.

Este vil acto de violencia nos dice que no hay seguridad ciudadana, que el sistema no nos protege, el acoso en las calles de Santo Domingo forma parte de la cotidianidad y la mujer seguirá siendo el blanco fácil de hombres que no pueden controlar su ira y sus impulsos ante cualquier situación por sencilla que sea.

Cifras alarmantes

Aunque la vida es lo más preciado que uno tiene, para muchos no vale nada y así lo explica datos de lo portal macros.com que dice que en el 2019 145 mujeres murieron en homicidios intencionados y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) que la situación es tan crítica en el mundo que los homicidios intencionados es un tema abordado en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible a través para que podamos disfrutar de paz, justicia e instituciones sólidas.