CRÓNICA LIGERA

Las excusas frenan…

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Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Me he dedicado a aprender y aplicar todo sobre la escucha activa, tanto en mis interacciones con amigas, en lo laboral y otros ámbitos. En el ínterin he comprobado la veracidad del refrán que reza: “Desde que se inventaron las excusas, todo el mundo queda bien…”

Esto me llama a reflexión sobre las personas que, dejan en el limbo un futuro promisorio, porque, se escudan en vagas excusas para retrasar las acciones o decisiones que le encaminan hacia sus metas. A todos nos pasa, incluso, algunos se quedan en esas excusas y las aplican en todas las áreas de su vida; otros, las echan a un lado tras entender que fácilmente se convierten en hábitos o en un vicio que nos atrasa, nos estanca y nos limita el emprendimiento, cualquier proyecto o en algo personal

Excusas pobres

Hay decenas de expresiones que podemos clasificar como pretextos pobres o baratos, que muchos usan para salir del paso, para no aceptar que fallaron o para no reconocer falta de planificación o prioridad en su vida.

Nada nos hace más daño personal y profesionalmente qué mentirnos a nosotros mismos. Los: no puedo, no tengo dinero, no tengo tiempo, no es mi prioridad y otras evasivas que podamos adoptar, nos limita y nos ciega aun sabiendo que, cuando queremos podemos, esto así, porque si determinado trabajo o esfuerzo es una prioridad para nosotros, siempre encontraremos la manera de hacerlo. Las excusas, sencillamente nos frenan.

No aportan, ni mucho menos nos ayudan, al contrario apaciguan muchos logros aunque tengamos la capacidad y herramientas para alcanzarlos.

Perdemos

En el camino de la vida encontramos muchas oportunidades para aprender y desarrollarnos, pero no siempre estamos preparados para aprovecharlas, porque nos dejamos arropar por los obstáculos...

El miedo, se convierte en una retranca que nos conduce hacia las míseras excusas, sepultando así, los sueños, lo cual nos quita fuerzas, tiempo y dinero. “Las excusas que usamos hoy, se pueden convertir en los lamentos del mañana”.

He visto personas sumergirse en el tren de las excusas y con el tiempo las convierten en su argumento principal. Viven entre pretexto y justificación, aprueban sus errores o incompetencia, se vuelven irresponsables y hartos defensores de sus egos.

Nadie alcanza una meta construyendo sus éxitos en columna de excusas. La única forma de alcanzar el éxito de un proyecto es dejando las historias, los cuentos y las disculpas y caminar firme hacia los planes, objetivos y metas.

Con el favor de Dios nos leemos la próxima semana.

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