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Crónica Ligera

¡Una mujer de 48!

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Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

¡Toda mujer que llega a mi edad y puede gritarlo a los cuatro vientos, ha vivido! No he escatimado esfuerzos para vivir cada etapa de mi vida a mi estilo. Soñando, alcanzando metas, venciendo obstáculos, cabizbaja a veces, erguida otras, en ocasiones corriendo, pero a paso, firme y sin detenerme, camino hacia lo que quiero.

Ambiciosa y con grandes deseos de crecer en lo humano, hace tiempo dejé de preocuparme y eliminé los estereotipos sociales, elaborando mi propio plan y modelo de vida. Este me ha mostrado, que vivir con éxito, no es competir ni ocupar primeros lugares, es más bien, conectar con lo que me hace auténtica, hacer lo que me gusta, y lograr estabilidad enfocada en mi propósito de vida. Mi método es ligero, claro, directo y preciso, sobre todo sin cargas extras. Lo importante es conectar conmigo y complacerme en el vaivén de las emociones que siento al viajar a lo profundo de mí ser.

Decisión

Llegados los 48 es momento de diseñar la vida que aspiramos, desechar lo que no nos gusta y las imposiciones por crianza. Es momento de vivir como queremos. No con libertinaje, sino con libertad, con conciencia de hacer lo que nos grita el alma y el corazón, tomando la independencia del ser para hacer, logrando estabilidad, alegría y amor y que estos dependan absolutamente de nosotras.

Hasta los hijos que traemos al mundo no son nuestros, ellos emprenderán su propia vida sin nosotros. Es tiempo de dejar de “organizar” la vida de otros y centrarnos en lo nuestro, en lo profesional, social, familiar y demás relaciones. El proceso de cambio que experimentamos a esta edad, es sumamente interesante. No te ata el dinero, la posición social o el estatus laboral, aquí lo que vale es lo que te hace brillar los ojos, palpitar el corazón y el viaje interno de las maripositas que alteran el alma

Legado, no ejemplo

No se trata de convertirte en ejemplo, más bien importa el legado, las lecciones de vida y los recuerdos que dejaste. No es plausible dejar de vivir por amor a un hombre, a los hijos o temor al qué dirán. Nos interesan los sueños por cumplir, viajes por realizar, y el estar en el presente. A los 48 se magnifican nuestros poderes, fortalezas y el derecho a luchar por nuestros anhelos. ¡A esta edad no pedimos permiso, procedemos!

Cuando los años entran, la verdadera personalidad sale. Que nada te cohíba de ser tú misma. Pon en marcha tu mejor versión, con aprobación o no, ¡Ámate, sé feliz!

Con el favor de Dios nos leemos la próxima semana.

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