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Algo qué contar

Crónica rosa en tiempos de pandemia

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ivelisse VillegasSanto Domingo

Para mí es la más completa, aguerrida, delicada, dulce y peligrosa a la vez.

Estudié periodismo pese a las advertencias de que es peligrosa, poco remunerativa, y muchas cosas más… en fin, estudiarla fue la mejor aventura de mi vida y poder ejercerla la mayor satisfacción.

Estoy en una área no elegida, simplemente, fue lo que apareció y yo estaba en esa etapa romántica en que si mi firma no aparecía en un medio no era periodista.

Así comienzo una 'Crónica Rosa' en mi profesión y en mi vida que ha sido escrita con mucha pasión, siendo lo más gratificante los amigos que he cultivado, la transformación que he recibido como ser humano, la familia que he podido construir y el sentido de pertenencia hacia una área del periodismo, que por su naturaleza, genera muchas valoraciones.

Para mí es la más completa, aguerrida, delicada, dulce y peligrosa a la vez.

Nunca me imaginé que iba a ser periodista, pero tampoco cronista social, pero era lo que Dios tenía reservado para mí. Y es que ser cronista social ya está adherida a mis creencias y valores, y esto no le determinará mi presencia en un medio de comunicación, lo hace la determinación con la actuó en cada espacio que me toque coexistir, en cada línea que escriba y lo más importante, el respeto que le debo a mi profesión, al gremio que me representa; sin olvidar que debo cuidar hasta de las probabilidades de un discurso o acción que pueda afectar a quienes la ejercen.

Los efectos de la pandemia

Como profesional viví parte de su mayor esplendor. Lapso que me aporta experiencia para decir que la crónica social está en una de las etapas más críticas desde su advenimiento y no podemos responsabilizar por completo a la pandemia por Covid19, esto agravó un cuadro ya existente por múltiples razones.

La inestabilidad económica, el costo del papel y de la publicidad, el auge de las plataformas digitales, sin obviar la perdida de valor de una firma, el matrimonio entre medios y agencias publicitarias, son muchas más... que han puesto en jaque esta área que tendrá que reinventarse para sobrevivir y escribir en 20 años una historia diferente.

Cuando llega la pandemia lo primero que se suspenden son las actividades sociales, los que trabajan independiente en esta área se quedaron en sus hogares en espera que los anunciantes le siguieran apoyando, y para esto, se reinventaron y se adaptaron a las circunstancias, dependiendo de su materia prima. Fue la minoría. Otro porcentaje que labora en medios de comunicación pasó al programa Fase y lo más afortunados, nos quedamos produciendo contenido de casa y a disposición de todas las áreas del periódico a tono con la crisis sanitaria que aún abraza al mundo.

Cuando se torna un poco a la normalidad con altas y bajas de los contagios, vemos que muchos productos han desaparecido, muchas cancelaciones, y en otros agonizan en una mar de incertidumbre.

Debemos preparar las maletas porque vamos a emigrar al mundo digital en donde tendremos que seguir produciendo igual y de mejor calidad para seguir compitiendo de forma digna y mantener nuestro espacio ganado en la sociedad y en el escenario en donde el cuarto poder tiene primacía.

Hemos sobrevivido y la crónica social no perecerá.