Realeza

La reina Isabel elige una pieza con historia para decir adiós a su marido

Este sábado 14 de abril la reina Isabel dejó en el armario los coloridos atuendos que la caracterizan para vestirse de negro. La monarca, junto a su familia más cercana, despidió a su esposo, el príncipe Felipe, en una emotiva ceremonia tras su fallecimiento el pasado 9 de abril.

Su joyero también se abrió para la triste ocasión, y de ahí eligió un detalle que resaltaba del lado de su corazón: el broche Diamond Richmond, uno de los más grandes que posee la Reina.

La prensa británica especulaba que utilizaría el broche Diamond Clematis, por ser el que llevó en su vestido el día que anunció su compromiso con el príncipe Felipe; sin embargo, la Reina tenía otro plan.

La joya perteneció a la Reina Mary, a quien se lo obsequiaron como regalo de bodas en 1893 por la ciudad de Richmond. Fue creado por Hunt y Roskell. Es una espectacular pieza de joyería. Tiene dos diamantes, uno al centro de forma redonda; y uno más colgante en forma de gota de perla que puede ser desmontable.

La reina Isabel utilizó este roche en varios eventos al principio de su matrimonio, en los que, siempre estuvo acompañada de su esposo. Fue el mismo broche que llevó a la boda de su nieto, el príncipe Harry, con Meghan Markle, el 19 de mayo de 2018, celebrada en la misma capilla donde se ha despedido al príncipe Felipe.

Otra joya con un dulce significado

A pesar de que la reina llevó guantes, es conocido que no se quita su anillo de compromiso desde el día en el que su esposo le propuso matrimonio. La joya fue diseñada por el propio Felipe de la mano del joyero Philip Antrobus.

La pieza está compuesta por un diamante en solitario al centro y está rodeada de ocho más pequeños, cuatro en cada lado.

Está hecha con diamantes de una tiara que recibió como obsequio de su madre, la Princesa Alice de Grecia y Dinamarca. Ella la habría recibido como regalo de bodas de parte del último Zar Nicolás II y su esposa, Alexandra, el día que se casó con el padre de Felipe, el príncipe Andrew.

La alianza matrimonial de la reina también guarda un bello significado. Además de estar hecha con la pepita de oro de Gales con la que se han hecho las argollas de sus descendientes, tiene una inscripción secreta en la parte interior.

Como la reina Isabel no se quita su anillo bajo ninguna circunstancia, sólo ella, su esposo y el joyero saben lo que dice la sortija.