De Cerca
Decidí cambiar un matrimonio cómodo por una relación feliz
Sobre el amor de pareja los expertos de la conducta humana han escrito mucho, y aún falta mucho más. Algunos piensan que esa conexión maravillosa solo tiene que ver con relaciones jóvenes, cuando la verdad es que cada etapa de la vida en pareja tiene sus encantos. Quizá de forma diferente, pero igual de especial. Con el tiempo el amor que se cuida y valora no se desgasta, se transforma.
Es realmente fascinante estar con alguien que te hace sentir amada y segura, pero es fácil confundirse entre estar cómoda o feliz, y enredarse en relaciones largas en las que se va quebrando el vínculo sin avisar.
En la vida real
Este relato no lo leí en un libro, tampoco le pasó a una amiga, yo soy la protagonista de la historia, y la comparto con la intención de poder aclarar las dudas de otras mujeres.
Contraje matrimonio siendo muy joven y mientras mis compañeras de la universidad todavía andaban en fiestas, yo ya tenía la responsabilidad de un hogar. No estaba embarazada, simplemente tomé la decisión a destiempo, digamos que, por culpa de Cupido, para seguir acumulando pena a su condena por tantas tonterías y atrocidades que se cometen indiscriminadamente en nombre del amor.
Yo puedo dar testimonio de que la rutina te puede hacer sentir complacida y satisfecha, y cuando finalmente te das cuenta de que algo no está siendo como imaginaste, ya es tarde. Después de meses, años, e incluso décadas, te despiertas al lado de tu pareja con esa horrible sensación de estar cerca de un extraño.
Casualmente, entre tema y tema, en el grupo de WhatsApp de ‘las comadres’ tocamos el punto, y por supuesto que se generó un debate. Pero no enfocado al tiempo de la vida en pareja, hablamos de cómo muchas mujeres seguían al lado de un hombre solo por sentirme cómodas en la relación, no felices.
Fue mi caso. Y aunque las diferencias entre ser feliz y estar cómoda son muy reales, pueden ser leves y complicadas de descifrar. Ser feliz es caminar de la mano con tu pareja, aunque hayan pasado más de 10 años del día de la boda; y hasta emocionarte cuando lo vas a ver después de regresar de algún viaje. Sentirte feliz es intentar que sus intereses coincidan. Estar cómoda es no hacer ningún esfuerzo y simplemente dejar que la vida fluya.
¡Sí se puede!
Tiempo después de un traumático divorcio tuve la oportunidad de volver a encontrarme con Cupido y llevo más de 20 años en una relación estable, con altas y bajas pero siempre dispuestos a mejorar. Conozco a quienes han logrado rejuvenecer su propio matrimonio, los factores de los que depende varían según la pareja y el momento.
Ahora sé que ser feliz es sostener largas conversaciones con tu pareja sin aburrirte. Estar cómoda es sentir la necesidad de limitarte solo a comunicarse.
Sentirte cómoda es opcional, ser feliz implica trabajar en favor del bienestar de tu vida en pareja. Escuchar, perdonar y aprender a dar y recibir amor. Por supuesto, cada relación es distinta, existe quienes demuestran su cariño todos los días, y otros quienes necesitan ‘un recordatorio’ en un día especial.
Así que a pocos días de la conmemoración del Día de San Valentín, fecha en la que parece que a todos en la Tierra le fluyen los más hermosos pensamientos en torno al amor y a la amistad, quizá sea momento para reflexionar sobre tu relación de pareja y responder honestamente si estas cómoda o feliz.
Te puedo asegurar que siempre habrá una oportunidad para el amor… ¿cómo? Eso debes decidirlo tú.
¡Hasta el lunes!