CRÓNICA LIGERA

¡Hola 2021!

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Ana Mercy OtáñezSanto Domingo

Resulta difícil para muchos retomar nuestra normalidad en medio de una pandemia que parece querer quedarse entre nosotros. Ha sido un año de dolor para muchos, de despedir, de aceptar y de encontrar lo positivo en todo esto. La población actual no recuerda la pandemia más reciente que haya afectado a la humanidad, por lo que esta situación imperante es nueva, ha sido un aprender sobre la marcha, es cuidarnos de los demás y proteger a los nuestros. Ha sido complicado por nuestra peculiaridad, pero ahora tenemos un nuevo año para disfrutarlo y vivirlo como siempre lo hemos soñado.

Es el momento ideal, de tomarnos un tiempo para nosotros, para estar a solas, respirar, meditar, encontrar el equilibrio y decretar los anhelos que queremos para este año. También es el momento de aportar desde nuestra naturaleza a nuestro entorno y al mundo, con nuestros talentos y dones que nos hacen únicos. Decretar, es “afirmar que algo que creemos pasará”. Con el paso del tiempo, algunos libros y personas que se han cruzado en mi camino, me han enseñado la importancia que tiene para nuestra vida, planear, visualizar y escribir los decretos más íntimos que soñamos, con el propósito de enfocar eficazmente lo que queremos alcanzar.

¡Oportunidad!

Sé que el año recién pasado nos quitó el ánimo de organizarnos, de planificar y hasta de elegir el camino por donde queremos transitar. En ese tiempo soltamos el acelerador de nuestras vidas para sobrevivir a lo desconocido, a lo extraño, para volver a nuestras raíces y valorar lo propio, lo nuestro, pero lo que nunca debemos perder es la esperanza de alcanzar nuestros más importantes anhelos, entonces que nada nos corte las alas, que nada límite nuestra misión en esta tierra…

Tenemos pandemia, pero estamos vivos, entonces, tenemos razones para continuar…”cambiemos el plan, no la meta”. Para muchos el presente adquirió otro valor, pero nada debe desmotivarnos a continuar el recorrido que Dios ha elegido para nosotros en esta vida. Dejemos ir al 2020, en paz, aunque no hayamos entendido muchas de las cosas que tuvimos que enfrentar.

¡Bienvenido 2021!

¡Te recibimos llenos de esperanzas y decretamos salud, sanación, amor, abundancia y prosperidad! Este será un gran año, lleno de oportunidades y metas alcanzadas. Se mejor que nadie, pues no hay una fórmula mágica para salir de la pandemia, pero tu vida depende de la actitud con que la asumas. Hemos llegado hasta aquí y eso cuenta como valor agregado para continuar el camino que nos queda por recorrer.

Querido 2021, ya que te abres paso entre las entrañas como un año lleno de demandas, interrogantes, misterios y miedo a lo que viene, te digo: nosotros también nos levantamos dispuestos a seguir luchando y te recibimos llenos de fe, estamos listos para reinventarnos una y otra vez, para caernos y levantarnos, para seguir luchando y para ganar el debido terreno con el aprendizaje que tu antecesor (el 2020) nos dejó.

¡Con el favor de Dios, nos leemos la próxima semana!

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