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Las Sociales

Zoila Martínez: “mi vida ha sido un desafío”

En el 2001 se incorporó al ordenamiento jurídico dominicano la figura del Defensor del Pueblo, Martínez fue la primera en ocupar la posición.

Zoila Martínez. RAÚL ASENCIO/LD

Ivelisse VillegasSanto Domingo, RD

Zoila Martínez conserva intactos los re­cuerdos del inicio del año 2001, fecha en que se in­corporó al ordenamiento jurídico dominicano la fi­gura del Defensor del Pue­blo, siendo ella la primera en ocupar esa posición y de igual forma el cargo.

“Aún recuerdo ese primer día. Fue traumático, pues se tenía una concepción muy diferente de lo que es un Defensor del Pueblo. Con estos años de servicio les mostré una versión distinta, porque conozco lo que pa­decen las personas margi­nadas”, evoca Martínez.

“Desde siempre he es­tado de cerca con la gente. Siempre hago caminatas los sábados y domingos por di­ferentes sectores de la ciu­dad, porque una persona que no conozca las penurias e injusticias de su gente, no puede ser Defensor del Pue­blo”, agrega la doctora en derecho y escritora.

Martínez se define como una abanderada de la justi­cia, y una mujer muy sensi­ble. Así quedó evidenciado durante la conversación en su residencia, en la que de entrada dejó plasmado su deseo de abandonar el car­go, pues anhela dedicarse a vivir tranquila.

Para ella un Defensor del Pueblo, además de un cu­rrículum debe tener sensi­bilidad por la comunidad, conocer sus necesidades y tener un fuerte compromiso con la justicia.

Su gestión Zoila Martínez confiesa que no es fácil ser Defensor del Pueblo. “Es una lucha cons­tante con diversos sectores de la sociedad. Es una po­sición en la que hay que ser muy íntegro. Gracias a Dios que me voy como llegué, pues siempre estuve clara que muchas atenciones no eran a mi como persona”.

Con la sensatez que la ca­racteriza, la abogada es en­fática al decir: “No voy a invitaciones de ningún em­presario, no bebo su cham­pán porque estoy convencida que solo invitan al cargo”.

“Yo fui una semilla de ideas desde que llegué y siempre han sido innova­doras para salvaguardar los derechos humanos funda­mentales y medioambien­tales, frente a las omisiones ilegales de funcionarios pú­blicos o cualquier particu­lar”, añade.

Satisfacción Uno de sus más importan­tes logros fue el rescate de la Cueva de las Maravillas. Otro proyecto exitoso fue la Gua­zuma, en Samaná, y a través del cual las personas de este sector, que vivían en cuevas, ahora tienen sus casas.

El día pautado para la en­trevista Zoila Martínez ha­bía visitado a Sur Futuro y tenía en agenda ir a Falcon­do en un trabajo que busca rescatar la flora y la fauna endémica del país.

Entre sus planes estaba la realización de un congreso. “Y por último, entregaré el premio Defensor del Pueblo a Tomasina Cabral”.

Sobre ella La hija de Joaquín Martínez creció en Villa Consuelo. Siendo muy joven visitó la cárcel de La Victoria, y fue una escuela para ella.

De la calumnia, la ver­güenza y la dignidad huma­na siempre estuvo clara.

Todas estas vivencias la han hecho una mujer que lucha por la desigualdad social que impera en el país, y desde la defensoría del pueblo deja un lega­do a no tener ataduras ni miedos a la hora de ejer­cer su rol.

La sapiencia adquirida la avalan para una cartilla de recomendaciones, entre ellas ser cada día mejores perso­nas sin importar el rol que se ocupe, disfrutar la vida, no hacer daño, no valorar las personas por lo que aparen­tan y no juzgar.

Es una mujer que entiende que la justicia es no tener ata­duras ni miedos.

“Mi vida ha sido un de­safío. Nunca me he senta­do encima de una roca a llorar, seco las lágrimas, me pongo de pie, visuali­zo el camino y emprendo la marcha”.

Martínez agrega: “La vi­da me ha cobrado caro, de cada avance pago el precio. Pero también he sido feliz en muchos momentos de mi vida”.

Una historia para contar Cuando le preguntamos có­mo llega a ser la primera em­bajadora dominicana en Co­rea y ahora Defensora del Pueblo, narra su currículo y una historia muy personal:

“Yo estaba en Nueva York en un otoño. Mientras caminaba frente al Central Park vi a un señor ataviado con una chaqueta gris ro­deado de personas, y pre­gunto quién es el caballe­ro. Era Joaquín Balaguer, inmediatamente le dije: Presidente yo quiero cono­cerlo, me preguntó que es­tudiaba, respondí: derecho en la UASD”.

Ese relato es del año 1962. Tres años más tarde se vol­vieron a encontrar.

“Le recordé nuestra con­versación en Nueva York y me preguntó si me iba a inte­grar en su campaña. Respon­dí que no estaba en la UASD para hacer política y enfa­tizó: política se hace don­de quiera”, rememora Zoila Martínez con espontaneidad y sencillez.

SEPA MÁS PROTAGONISTA Escritora Es autora de los libros: “Manual Práctico de Orientación Diplomáti­ca”, “Introducción a la Diplomacia”, “Un grito de Indignación”, “Testi­monio de una Amistad (Balaguer y Yo)” “Temas del Diario Vivir”, “Domi­nicanas de Espíritu Indo­mable”, “Corea Tierra de Promisión”, “Mujeres, Aportes y Sociedad Tomo I y Tomo II”.

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