Diplomacia post Covid-19
La Unión Europea apuesta a la recuperación verde después de Covid-19
La Unión Europea está lista para comprometerse con República Dominicana, así como otros socios de todo el mundo para apoyarles a realizar inversiones en actividades económicas ambientalmente sostenibles.
Se trata de permanecer fieles a nuestros valores, escuchar la ciencia, fortalecer nuestras economías y construir un futuro mejor. Simplemente no existe una alternativa realista que no sea la recuperación verde”.
La crisis generada por la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias económicas son la prioridad más inmediata que hoy día enfrenta el mundo. La Unión Europea se ha propuesto aprovechar este momento de recuperación como una oportunidad para impulsar la transición hacia un nuevo modelo socioeconómico que sea climáticamente neutral, resiliente, sostenible e inclusivo.
Listín Diario conversó con el jefe de la Delegación de la Unión Europea en el país, embajador Gianluca Grippa, para hablar sobre lo que se conoce como “Green Recovery” o recuperación verde.
La Unión Europea presentó en diciembre de 2019 su European Green Deal, que establece una hoja de ruta para transformar la economía europea partiendo de la transición verde. La Comisión Europea ha identificado este Pacto Verde como un catalizador de crecimiento y el Parlamento Europeo y la mayoría de los gobiernos están siguiendo la línea marcada por él.
Con el virus propagándose masivamente de un continente a otro, los gobiernos que han aceptado la responsabilidad del bienestar de sus ciudadanos y han elaborado un plan claro son los que han pasado la prueba. Y esto ha evidenciado que el multilateralismo y la solidaridad global funcionan. Muchos gobiernos han unido sus fuerzas para establecer mecanismos de coordinación e intercambio de información y han movilizado asistencia a los más afectados y particularmente a los más vulnerables, salvando vidas y medios de subsistencia en todo el mundo. Por otro lado, el cambio climático no abordado y la degradación ambiental conducirá a consecuencias catastróficas, que incluyen hacer que gran parte de nuestro planeta sea inhabitable en las próximas décadas.
También existe evidencia creciente de que muchos nuevos brotes de enfermedades infecciosas se desencadenan o acentúan cada vez más por los impactos del calentamiento global o por la degradación del ecosistema. Los ecosistemas naturales saludables son un requisito previo para la prosperidad continua. En ese sentido, el calentamiento global es más difícil de abordar que la pandemia de Covid-19.
No habrá vacuna contra el cambio climático y sus efectos devastadores. Reducir la curva de emisiones solo será posible si tomamos medidas climáticas audaces y valientes, juntos. La buena noticia es que podemos hacerlo y, de hecho, debemos usar el rebote económico de Covid-19 para acelerar la transición hacia un futuro más seguro y más resiliente. Las elecciones que hagamos hoy definirán el futuro de mañana. En los próximos dos años, los gobiernos de todo el mundo buscarán gastar alrededor de 10 billones de euros de las generaciones futuras.
La inversión masiva necesaria para impulsar nuestras economías debe aliviar la carga sobre los hombros, no hacerla más pesada. Necesitamos hacerlo bien desde el primer momento. Es por eso que los planes de recuperación deben diseñarse como una oportunidad única de esta generación para 'reconstruir mejor' e invertir en una economía del siglo XXI, y no en la obsoleta economía de carbono del siglo pasado. Junto con los Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea, la Comisión Europea ha reconfirmado su compromiso con una recuperación verde, digital y resiliente y lo ha incorporado en su propuesta para el plan de recuperación para Europa publicado a finales de mayo. A través de este plan, llamado “Next Generation EU” y un presupuesto renovado, cada euro de inversión estará disponible para que Europa vuelva a ponerse de pie, mientras acelera la transición verde y digital y construye una sociedad más justa y resiliente. Además, la Comisión ha propuesto que el 25% del presupuesto de la Unión Europea para los próximos siete años se gaste en inversiones climáticas.
Algunas áreas donde la acción fuerte puede conducir a grandes impactos son, por ejemplo, la economía circular, la restauración de los ecosistemas, la renovación del entorno construido, la movilidad sostenible y las energías renovables. La Unión Europea se apegará a su objetivo de ser climáticamente neutra para el 2050, e incentiva a ser superada para que toda la humanidad gane. En la Estrategia de Biodiversidad para 2030, la Unión Europea y los Estados Miembros también han asumido importantes compromisos para proteger y restaurar los ecosistemas de la Unión Europea y están listos para liderar los esfuerzos para acordar un nuevo y ambicioso marco global de biodiversidad para después de 2020 en la próxima COP15 sobre Diversidad Biológica.
La solidaridad global, el comercio abierto y justo, el orden basado en reglas y el multilateralismo son cruciales para evitar caer en una recuperación que haga uso intensivo de combustibles fósiles y recursos, lo que pondría a las personas y el planeta en peligro irreversible.
En ese sentido el Embajador Grippa señaló; “Instamos a todos los socios internacionales, y en particular a la República Dominicana y su gobierno a que también establezcan políticas claras y sólidas de bajas emisiones de carbono y estrategias de recuperación verde. Esta sería una señal importante para que los ciudadanos tomen la responsabilidad de actuar en su vida cotidiana de manera consciente para apoyar estas políticas de desarrollo sostenible.”
Asimismo, manifestó, “Esto les dará a nuestras sociedades un sentido de dirección y propósito, y guiará a inversionistas, empresas, trabajadores y consumidores hacia la sostenibilidad.La Unión Europea está lista para comprometerse con República Dominicana, así como otros socios de todo el mundo para apoyarles a realizar inversiones en actividades económicas ambientalmente sostenibles. Estamos disponibles para compartir experiencias, financiar proyectos, explicar nuestras regulaciones y compartir nuestros principios para una financiación sostenible. Trabajar duro para superar este desafío colectivo y permitir que nuestros hijos disfruten de una vida decente en un planeta pacífico no es una búsqueda idealista o ingenua. Se trata de permanecer fieles a nuestros valores, escuchar la ciencia, fortalecer nuestras economías y construir un futuro mejor. Simplemente no existe una alternativa realista que no sea la recuperación verde”.