Tribuna abierta
Cómo ha cambiado el consumidor
Las crisis son motores de emprendimiento y cambios en la sociedad. Traen como consecuencia que las tendencias y las prioridades del consumidor no sean las mismas, llevando a las empresas a adaptarse a los nuevos tiempos. Es así, como la pandemia del Coronavirus ha impuesto modelos totalmente diferentes de ver la vida.
El consumidor 2.0 nace de este nuevo estilo de vida. Un ser más exigente, consciente y precavido en sus compras, en la forma de interacción con la marca-producto. Con esto queda en el olvido el consumidor impulsivo. Ahora, antes de cualquier compra el cliente se preguntará ¿Necesito lo que estoy comprando? ¿Qué labor social hace la empresa? ¿Con lo que estoy comprando ayudo al medio ambiente?
El consumidor 2.0 ha dado relevancia a lo que realmente lo tiene, generando en el entorno empresarial un enfoque de las cadenas de valor y producción. Esta persona sabe que, él es quien traza las pautas a los hacedores de políticas públicas, los prestadores de servicios y fabricantes/distribuidores de productos, quienes requerirán reconocer a su audiencia (target), de forma que empiecen a producirse bienes a la altura de los tiempos.
Las nuevas formas de consumo, como el e-commerce o comercio electrónico, han ganado terreno facilitando la vida de miles de personas, quienes a tan solo un click y sin salir de casa pueden adquirir productos de toda índole, siendo belleza e higiene dos de los favoritos. Por otra parte, las experiencias gastronómicas a través de plataformas como CasaChef ofrecen mayor satisfacción en estos momentos donde queremos evitar las visitas al supermercado. Estas tendencias tecnológicas permiten motorizar la economía de grandes, medianas y pequeñas empresas.
No cabe duda, de que, con el confinamiento el consumidor evolucionó. Tanto así, que ahora valoramos más y sentimos la necesidad de tener un espacio acogedor para trabajar, las reuniones, conferencias y fiestas a distancias, acción que se traduce en una mayor compra/venta de artículos del hogar.
Las transformaciones en el modus operandi del consumidor, los hace decidir e incidir desde su rol, dejando a un lado las emociones negativas que arrastra la cuarentena. Más bien, este nuevo pensamiento crítico obliga a las marcas a cambiar de táctica: teniendo mayor responsabilidad con su comunidad y siendo más cuidadosos en la forma en que presentan sus bienes/servicios.
Se nos hace imposible pensar que algún consumidor no haya aprendido de la nueva normalidad, pero sí, existen casos, sin embargo, el estado de compras impulsivas es temporal y se genera por la ansiedad. Seamos más humanos y responsables en cada una de nuestras compras. Mira a tu alrededor… busca en tu despensa/armario y cuestiónate ¿necesito lo que deseo comprar?
El autor es estratega de comunicación y Relaciones Públicas. CEO de S. Cavoli