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TRIBUNA ABIERTA

No todo es Covid-19. Hablemos del futuro económico del país.

Enriquillo Amiama

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Enriquillo AmiamaSanto Domingo

En la conferencia que dicté en FUNGLODE, el año pasado sobre economía naranja, expuse que si queremos desarrollar al máximo nuestra oferta turística debemos incluir la cultura y educación como parte de sus elementos esenciales.

El turista es un ente concreto, que hace y toma decisiones. Desde que el mundo se redujo a un smartphone o celular inteligente el público objetivo, el “target” es medible.

Antes del boom del celular, el negocio del turismo dependía más de las agencias turísticas a dónde uno llamaba o visitaba. Eso cambió radicalmente. El que maneja internet puede hacer una búsqueda de lugares interesantes, hacer reservaciones y pagos sin moverse de su sillón. ¡Nuestros principales clientes de USA y Canadá son quienes más hacen uso de las modernas tecnologías para adquirir casi todo!

Respecto al mercadeo del turismo, el fenómeno es similar. Hoy día no se puede depender sólo de tour operadores. La mayoría de los turistas a nivel mundial, en especial los menores de 40 años buscan primero en Google, Wikipedia y otros portales y se informan con detalle. Las redes han propiciado el auge de consejeros turísticos, influencers en Instagram y travel bloggers en Twitter, que tienen miles y hasta millones de seguidores pendientes de sus recomendaciones.

Esto obliga a estrategias más adaptadas a los nuevos tiempos, y potenciar el marketing digital, sin dejar de usar los canales ya establecidos, una estrategia omnicanal, pues no todo el mundo es proficiente con las tecnologías. La prensa, la tv siguen siendo muy relevantes. Pero también debemos tener más presencia en internet: sitios informativos, llenar de imágenes de alta calidad y videos sobre las maravillas de nuestro país. ¡Para que los que buscan encuentren, conectado con los hoteleros!

Nunca he entendido por qué no hay una sinergia entre los ministerios de Turismo, Relaciones Exteriores, Cultura, Educación y el sector privado, cuando todos tienen puntos coincidentes. En México sí funcionan mancomunadamente y de ese modo hacen mucho más eficientes sus políticas.

Creo que es decisivo crear una unidad base, que conecte a todos a la vez y permita sacar el mayor partido al negocio.

Hasta la educación ciudadana es parte del turismo. Un pueblo organizado, cumplidor de la ley de tránsito, que no tire basura, etc., todo eso coopera. Por eso no podemos separar turismo, cultura y educación como si fuesen entes divergentes.