¿Embarazada? Importancia de consultar un hematólogo
Al recibir la noticia de un embarazo, generalmente la mujer tiene claro que debe visitar su ginecólogo de cabecera. Muchas veces también ha pensado en el pediatra o nutriólogo, pero en pocas ocasiones da importancia al hematólogo para acompañarle durante el proceso.
Durante la gestación se producen alteraciones en el funcionamiento del sistema hematológico como parte de la preparación del organismo para la demanda por parte del embrión. “En el embarazo se produce cierto grado de anemia fisiológica debido a hemodilución (expansión del volumen plasmático de un 50% con un incremento de la masa eritrocitaria de un 25%), por lo que existe una variación en la definición del nivel de hemoglobina normal”, explica Evelin Mena, hematóloga internista.
Según la experta, la relevancia de mantener el control hematológico en las embarazadas es tal, que la Organización Mundial de la Salud ha definido niveles específicos de anemia de acuerdo al trimestre de gestación. Los requerimientos de hierro van aumentando desde 0.8 mg/día en el primer trimestre, a 7.5 mg/día en el tercero. La media total de requerimiento de hierro en un embarazo normal se ha estimado en torno a 1.200 mg y las necesidades del feto promedian 300 mg.
Otras enfermedades
La doctora Mena explica que aunque la anemia por déficit de hierro es la alteración más frecuente en las embarazadas, también existen otras variaciones hematológicas provocadas por ácido fólico o B12; enfermedades malignas como linfoma o leucemia; crónica como hemoglobinopatía, falcemia; hemolíticas o inducidas por fármacos.
“Cuando existe anemia por déficit de hierro en la madre hay más riesgo de ferropenia en los primeros tres meses de vida del bebé y un posible deterioro de su desarrollo psicomotor afectando el comportamiento emocional y social”.
Inicialmente la anemia ferropénica puede ser tan leve que pasa desapercibida. Pero a medida que el cuerpo se vuelve más deficiente en hierro los síntomas se intensifican. Entre los más comunes esta la fatiga extrema, debilidad, piel pálida, dolor de cabeza, mareos o vértigo, manos y pies fríos, uñas quebradizas y falta de apetito.
Recomendaciones
La hematóloga internista cita que existe más riesgo de padecer anemia durante el embarazo si la gestación es muy seguida, el embarazo es múltiple, cuando hay vómito frecuente a causa del malestar matutino, poco consumo de hierro, flujo menstrual intenso anterior al embarazo o antecedentes.
Como recomendación general es importante agregar a la rutina alimenticia el hierro que proviene de los productos de origen animal, como la carne, porque se absorbe con facilidad.
Para mejorar la absorción de hierro de las fuentes vegetales y de los suplementos, es mejor combinarlos con un alimento o una bebida que tenga alto contenido de vitamina C -como el jugo de naranja, de tomate o de fresas-.
Si toma suplementos de hierro con jugo de naranja, evite la variedad fortificada con calcio, porque aunque es un nutriente esencial durante el embarazo, puede disminuir la absorción del hierro.
Si está consumiendo una vitamina prenatal que contiene hierro y está anémica, el médico especialista podría recomendarle un tratamiento adicional.