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Admirador de Juan Pablo Duarte

Miguel Núñez con sus obras define el proceso histórico dominicano

Él siempre procura ir detrás de su verdadero rostro basado en la única fotografía conocida del patricio, tomada en Caracas, Venezuela, por el fotógrafo Próspero Rey a solicitud de su hermana, Rosa Duarte, quién ha propósito, el 28 de junio cumplió sus 200 años de nacimiento.

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Ivelisse VillegasSanto Domingo

En sentido general, en el desarrollo de mi pintura trató de hacer poesía a través del color”.

El 16 de este mes, el Instituto Duartiano conmemoró un año más de la fundación de La Trinitaria y lo hizo con un acto en donde se honró a su fundador Juan Pablo Duarte colgando su retrato a todo color y tamaño en la pared de la entidad.

Allí estaba presente el autor de la obra, Miguel Núñez, un artista que se ha caracterizado por mantener viva la imagen del Padre de la Patria con su pincel.

Además de este día, su presencia fue notoria en el acto ‘Una rosa para Rosa Duarte’ en donde también una de sus obras formó parte del homenaje a la dama que luchó por la Independencia Dominicana. Y, cuando lo abordo para esta conversación, me dice que está trabajando en una colección de retratos de los mandatarios que ha tenido el país, desde la fundación de la República hasta el presidente electo, Luis Abinader, éste último está en los toques finales.

Miguel confiesa: “Tras muchos años trabajando retrato, me sentí entusiasmado en pintar personajes que han definido el proceso histórico dominicano, con el objetivo de que estas obras sirvan de norte para presentes y futuras generaciones y también para fortalecer nuestra identidad y el amor por nuestra nación”.

Así comienza a desarrollar colecciones históricas con la figura del más grande de los dominicanos, Juan Pablo Duarte, fundador de la República.

Uno de sus más significativos trabajos, por la admiración que tiene por el fundador de la República, fue la realización de la Colección Bicentenario de Duarte.

Él siempre procura ir detrás de su verdadero rostro basado en la única fotografía conocida del patricio, tomada en Caracas, Venezuela, por el fotógrafo Próspero Rey a solicitud de su hermana, Rosa Duarte, quién ha propósito, el 28 de junio cumplió sus 200 años de nacimiento.

Cuenta que está fotografía fue traída al país en 1884, ocho años después de su muerte, por su tío, Prudencio Díez. En la actualidad está muy bien protegida por el Archivo Nacional de la Nación.

En ella se ha recostado siempre Miguel Núñez para hacer sus obras. Para reflejar un Duarte de carne y hueso: “El Duarte Maestro”, “El Apóstol”, “El amante de los libros” y el que nos enseñó a valorar nuestro nombre nacional: el gentilicio dominicano.

Esta colección le abre las puertas del Senado de la República para recibir un reconocimiento en 2014, por haber entregado el perfil humano de Duarte a través de sus obras en la colección Bicentenario un Patrimonio de la República Cultural e Histórico.

Miguel Núñez tiene aproximadamente 100 obras con el mismo rostro de Duarte, aunque en diferentes poses. Entre las que cabe destacar la que está colgada en el pleno de la Junta Central Electoral que escogió una figura de Duarte como principal sello de seguridad en la cédula.

De su autoría es el Duarte que está en el Congreso Nacional, Academia de la Historia, Junta Central Electoral, Palacio Nacional en varios espacios, Tribuna Superior Electoral, Tribunal Constitucional, Suprema Corte de Justicia, Biblioteca Nacional y el Centro Cultural Banreservas, entre otros.

Frase

“En sentido general, en el desarrollo de mi pintura trató de hacer poesía a través del color”.

PERFIL

Sus inicios en la pintura comienzan a temprana edad, a mediados de los años 70 con la tutoría del maestro Cándido Bidó, en su pueblo Bonao, provincia Monseñor Nouel. Luego continúa sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes en Santo Domingo, donde fue hechizado por la Ciudad Colonial.

Caminaba sus calles a diario rumbo a la Escuela de Arte; sus callejuelas, sus parques, todo el entorno de la Catedral, el Puerto del Ozama, Callejón de los Curas y otros rincones cautivadores, se convirtieron en los protagonistas de sus primeras exposiciones. “Paralelamente abordé con entusiasmo el tema de la danza, con mi primera exposición en el 1985, titulada Un compás de danza solamente, usando de modelo el Ballet Clásico Nacional”.