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ENTREVISTA

Mercy Jácquez sigue siendo protagonista de la moda dominicana

Mercy Jacquez

Mercy Jacquez

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Maritza Morillo SueroSanto Domingo

Hoy el mundo de la moda local está de luto. Murió la diseñadora Mercy Jácquez. Su partida sume en un manto de tristeza a sus colegas, ya que fue una profesional que por más de 40 años puso en alto el sector, y deja grandes aportes y enseñanzas entre quienes siguieron sus pasos en este arte.

Aquí recordamos una entrevista publicada en octubre del 2016, en la sección Protagonistas de nuestras páginas:

Mercy Jácquez, un sello que marca la moda local

Lograr el sueño deseado es una meta que a muchos se le hace fácil, pero a otros no tanto, como es el caso de Mercy Jácquez, una modista que antes de convertirse en un sinónimo de la moda dominicana tuvo que trillar un largo camino y derribar grandes barreras lejos de la tierra que le vio nacer.

Contar sus inicios aún le produce nostalgia, sin embargo, recordar que fue la primera mujer en creer en la moda dominicana la lleva a mirar hacia atrás, y ver los frutos cosechados le sirve de impulso para hablar de su trayectoria en la costura, la cual comenzó desde que descubrió su pasión por el hilo y las agujas.

Ramona Mercedes Hernández Jácquez, nombre con el que fue declarada por sus padres, se educó en el seno de una familia de escasos recursos, en la ciudad de Bonao, donde creció orientada con la visión de que todo es posible con fe y dedicación, dos términos que adoptó como su sello de superación.

Con palabras pausadas pero que dejan claro sus conocimientos en la moda, Jácquez cuenta que empezó como una modista empírica sin ningún tipo de formación académica.

Al hacer un paréntesis en busca de refrescar datos acerca de la primera vez que se lanzó a experimentar suerte en un mercado que en ese entonces no era tan competitivo, recuerda: “Mi primera máquina me la regaló un vendedor que visitaba la farmacia donde yo trabajaba, y como no sabía qué uso darle la tire en una esquina de la casa hasta que un día le pedí RD$35 pesos a mi papá con los que compré las piezas que le faltaban, ya lista para iniciar me puse a inventar. Le cocí dos vestiditos a mis hermanitas y salí con ellas a dar una vuelta con la intención de que la gente conociera mi creación y al otro día comenzaron a solicitar mis servicios como costurera”.

Pero como una joven inquieta con deseo de ir más allá de lo que era coser para la gente de su pueblo, decidió mudarse a la capital donde también se dejó sentir como una de las más solicitadas.

El hilo de la creatividad la lleva a ver más allá de una simple bobina dando vuelta y las puntadas de una aguja empatando un pedazo de tela sobre una máquina.

Ya segura de lo que quería, con su maleta repleta de sueños emprende un vuelo con destino a Nueva York donde en busca de expandir sus conocimientos llega dando rienda suelta a lo que sería su rutina de aprendizaje que incluyó estudios de inglés en la Columbia University y diseño de moda en el Fashion Institute of Tecnologies, en el Common School y en la Academy of Design.

Según cuenta esta maestra que ha puesto en alto la industria de la moda, como su propósito era prepararse para luego regresar a su patria a forjar hombres y mujeres con deseos de incursionar en el diseño, al llegar a la Gran Manzana se alejó de todo lo que podía distraerla para solo concentrarse en su meta.

Retos

Al hablar de su primera aparición en la moda “neuyorquina” cuenta que fue invitada a participar en la celebración de la fiesta de independencia de Estados Unidos y para la ocasión diseñó un vestido representando República Dominicana, modelo que junto a otros trabajos la llevó a convertirse en la diseñadora revelación del año.

Para la entrega de esos premios, en el que ella se llevó el mayor galardón, le pidieron 30 modelos, propuesta que aceptó como un gran reto profesional.

De su experiencia laboral en suelo americano hace un recorrido por los lugares donde dejó sus huellas y con la sonrisa de éxito dibujada en su rostro dice “Mi persistencia me permitió insértame al glamour de importantes atelieres de la Quinta Avenida, conocida como el Garment Center, además de llegar formar parte de fábricas de ropa ejecutiva y gala con importantes empresarios judíos”.

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